
18 años de identidad y sabor: la evolución de la Denominación de Origen León
Hoy, 27 de julio de 2025, se cumplen 18 años desde el reconocimiento oficial de la que hoy conocemos como Denominación de Origen León, antes denominada Tierra de León. Este aniversario es un momento para celebrar no solo una marca o un sello, sino toda una historia vinícola que hunde sus raíces en tiempos romanos y ha sabido consolidarse con fuerza en el panorama vitivinícola español. Estos 18 años coinciden este año con la última jornada de la Feria DO León, la 23ª (hubiera sido la 25ª si la Pandemia no hubiera existido).
La provincia leonesa siempre tuvo el vino como uno de sus pilares económicos y culturales. Desde el siglo X, los viñedos fueron cultivados con especial dedicación por conventos y monasterios, convirtiéndose en un motor local esencial. Sin embargo, no fue hasta hace apenas dos décadas cuando esta tradición recibió un impulso decisivo con la creación formal de la Denominación de Origen Tierra de León, que más tarde pasó a denominarse simplemente DO León.
Este sello distintivo protege y promociona vinos elaborados principalmente con variedades autóctonas como la uva Prieto Picudo, que representa cerca del 70% del viñedo cultivado en esta región. El territorio abarca unas 3.317 hectáreas repartidas mayoritariamente al sur de León y parte del norte vallisoletano.
Un clima propicio para un vino 'de aguja'
El clima continental leonés —con inviernos rigurosos y veranos cálidos— favorece una maduración óptima para las uvas, lo que se traduce en vinos tintos y rosados reconocidos por su calidad excepcional. Un rasgo singular es la elaboración tradicional en bodegas-cueva excavadas en lomas arcillosas, donde se produce también el apreciado vino “de aguja”, ligeramente espumoso.
Con los años, esta denominación ha logrado posicionar sus productos tanto dentro como fuera del país gracias a su carácter único e inconfundible. La DO León es hoy sinónimo no solo de vino sino también del esfuerzo colectivo entre productores comprometidos con mantener viva una tradición milenaria adaptada a los tiempos modernos.
Es la 'mayoría de edad' de una Denominación que recoge la herencia milenaria de una tierra el Sur de León dividida en tres zonas de producción: Valedevimbre, Los Oteros y Cea.
Hoy, 27 de julio de 2025, se cumplen 18 años desde el reconocimiento oficial de la que hoy conocemos como Denominación de Origen León, antes denominada Tierra de León. Este aniversario es un momento para celebrar no solo una marca o un sello, sino toda una historia vinícola que hunde sus raíces en tiempos romanos y ha sabido consolidarse con fuerza en el panorama vitivinícola español. Estos 18 años coinciden este año con la última jornada de la Feria DO León, la 23ª (hubiera sido la 25ª si la Pandemia no hubiera existido).
La provincia leonesa siempre tuvo el vino como uno de sus pilares económicos y culturales. Desde el siglo X, los viñedos fueron cultivados con especial dedicación por conventos y monasterios, convirtiéndose en un motor local esencial. Sin embargo, no fue hasta hace apenas dos décadas cuando esta tradición recibió un impulso decisivo con la creación formal de la Denominación de Origen Tierra de León, que más tarde pasó a denominarse simplemente DO León.
Este sello distintivo protege y promociona vinos elaborados principalmente con variedades autóctonas como la uva Prieto Picudo, que representa cerca del 70% del viñedo cultivado en esta región. El territorio abarca unas 3.317 hectáreas repartidas mayoritariamente al sur de León y parte del norte vallisoletano.
Un clima propicio para un vino 'de aguja'
El clima continental leonés —con inviernos rigurosos y veranos cálidos— favorece una maduración óptima para las uvas, lo que se traduce en vinos tintos y rosados reconocidos por su calidad excepcional. Un rasgo singular es la elaboración tradicional en bodegas-cueva excavadas en lomas arcillosas, donde se produce también el apreciado vino “de aguja”, ligeramente espumoso.
Con los años, esta denominación ha logrado posicionar sus productos tanto dentro como fuera del país gracias a su carácter único e inconfundible. La DO León es hoy sinónimo no solo de vino sino también del esfuerzo colectivo entre productores comprometidos con mantener viva una tradición milenaria adaptada a los tiempos modernos.
Es la 'mayoría de edad' de una Denominación que recoge la herencia milenaria de una tierra el Sur de León dividida en tres zonas de producción: Valedevimbre, Los Oteros y Cea.
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