Entre pétalos y tomillo, el Corpus ilumina Coyanza

La tradicional celebración del Corpus Christi se mantiene viva en Valencia de Don Juan. La jornada comienza con una solemne eucaristía en la parroquia de San Pedro Apóstol, donde los vecinos se congregan para participar en esta tradición tan arraigada.

Tras la misa, el Grupo de Danzas de Coyanza anima la mañana con un espectáculo de baile regional, llenando la plaza de color y alegría. A continuación, la procesión da inicio y transforma las calles en una alfombra de tomillo. El aroma de este se mezcla con el perfume de las flores, creando así un ambiente de espiritualidad y devoción en las calles coyantinas.

Encabezando el cortejo, el pendón de la localidad, símbolo de identidad y orgullo para los coyantinos, ondea majestuoso marcando el camino, seguido por la Cruz Procesional. Bajo palío, el Santísimo avanza con solemnidad, acompañado por los niños y niñas de Primera Comunión, que lanzan pétalos de flores al paso de la procesión y al compás de la centenaria banda de música de Valencia de Don Juan.

A lo largo del recorrido también están presentes los altares ricamente adornados. Además, como es tradición, las familias presentan a los recién nacidos ante estos para que sean bendecidos por el Santísimo. 

El Corpus Christi en Valencia de Don Juan no es solo una fiesta religiosa; es una manifestación de la identidad cultural y espiritual de la localidad. La participación de vecinos de todas las edades, especialmente de los niños de Primera Comunión, demuestra como esta tradición sigue viva, transmitiéndose de generación en generación. Al finalizar el día, el aroma del tomillo y las flores aún flota en el aire, recordando a todos los coyantinos la importancia de mantener las tradiciones que nos unen.