El taconeo de San Sebastián resplandeció en el Corpus

La localidad paramesa de Laguna de Negrillos cumplió con la tradición  un año más para vivir su domingo de  Corpus Christi, una mañana soleada donde el viento aireba los ropajes de las ropas ancestrales que procesionaban.

La Cofradía del Santo Sacramento de la localidad organiza la representación del auto sacramental que gira en torno a la figura de San Sebastián, este año encarnada por el  lagunés, José Manuel Murciego Copete.

El joven cumplió con la tradición. Han sido meses duros de ensayo con el apoyo de su familia y  las pautas y dedicación de José Rodríguez Fernández, en el antiguo taller de su padre y por las calles y plazas de su pueblo.

La de Laguna es una fiesta declarada de Interés Turístico Provincial y Regional y cuyo origen data del siglo XVII y dio vida al capitán de la Primera Corte de la Guardia Pretorian, desfilando con paso lento por las calles del pueblo en una actitud retadora que acaba convirtíendose en arrepentimiento y redención al compás del taconéo.

Finalizando la eucaristía llegó San Sebastián a la iglesia de San Juan Bautista subió al coro del templo, minutos más tarde descendía para comenzar la procesión, donde la Mayordomo de la Cofradía, Isabel Valencia Amez le acercaba la careta y se la colocaban para encabezar la procesión en la que le siguen todos los apóstoles excepto Judas Iscariote, imágenes marianas pujadas por jóvenes, niños y mayores, los danzantes que, emulando a los ángeles se mueven al compás de la dulzaina castañuelas  y tamboril.

En Laguna  se engalanan las calles desde hace 300 años, preparan sus altares y tampoco faltan los Birrias que, a modo de diablos o guirrios, abren paso durante el desfile multitudinario donde también participaron los niños y niñas de comunión y la Custodia portada por el Sacerdote de la localidad lagunesa bajo palio junto a las autoridades.

San Sebastián, con paso firme y arrogante, sobre la tarima de madera ataviado con su casaca militar negra con cuello y puños rojos y en la bocamanga tres estrellas de seis puntas de Capitán, pañuelo rojo en la rodilla, calcetín blanco alto con borlas y calzado negro de tacón. También porta una larga trenza hasta la cintura, cubierto con un mantón de manila y en la cabeza un gorro napoleónico.

La procesión comenzó su itinerario en la Iglesia de San Juan Bautista para continuar por la calle Alonso Mansilla, en la Plaza del Santísimo Sacramento se hizo una estación a Jesús Sacramentado y los danzantes representaron "El baile de las vueltas" de la Danza de la Villa para continuar la procesión por las calles de Laguna para llegar a la iglesia de Nuestra Señora del Arrabal. La procesión volvió a la iglesia de San juan Bautista donde tuvo lugar el acto de arrepentimiento un año más.