Por San Marcos, pan y queso

La romería de San Marcos, más conocida como la romería del Pan y Queso, es la primera del intenso calendario festivo de la villa, salpicado de numerosas fiestas y celebraciones durante todo el año. Hay cosas que han cambiado en esta tradición que se remonta a mediados del siglo XVII. En el pasado la romería era organizada por las localidades de Villacé y Villamañán. Los años pares era el pueblo de Villamañán la encargada de organizar la fiesta y los impares el de Villacé. Otro de los cambios más notables con el paso del tiempo es el medio de transporte de los romeros, donde antes había carromatos y monturas hoy aparcan coches y vehículos de motor. Sin embargo la esencia de la fiesta sigue siendo la misma, un día en el que el pueblo entero confraterniza en una gran fiesta en honor de San Marcos.

El buen tiempo y las agradables temperaturas de ayer favorecieron que centenares de personas se trasladaran a la ermita para participar en la celebración en la que no faltó la música de dulzaina y tamboril.  Allí se pudieron disfrutar de las tradicionales viandas ofrecidas por el Ayuntamiento de Villamañán, pan y queso (acompañado de vino de la tierra y otros refrescos).  Es una fiesta para todo el pueblo y por ello el Ayuntamiento cada año se encarga de repartir las viandas típicas de San Marcos a los mayores que no pueden trasladarse a la ermita -por motivos de movilidad- para disfrutar de la romería. Así, antes de la romería fueron repartidas por el pueblo algo más de un centenar de viandas (pan y queso) en la residencia de ancianos, el convento de monjas clarisas (que partirán de la localidad a final de esta semana) y otros vecinos de edad avanzada de la localidad.

En total se repartieron aproximadamente  alrededor de 1.300 bocadillos de pan y queso entre los asistentes, según indicó el alcalde de Villamañán, Segundo Tejedor,   que destacó la importancia histórica de la tradición.