El adiós a casi un siglo de monjas clarisas

Hay que remontarse a 1919 para comenzar a narrar la historia de la comunidad de Clarisas Capuchinas en Villamañán. Casi un siglo de historia en la villa que comienzan con un exilio desde el país vecino. Fue en 1919 cuando el padre capuchino Fray Eugenio María de Villamañán, residente en Madrid y conocedor del abandono de las instalaciones del convento en Villamañán, escribe al  párroco Tomás Ovejero y al alcalde Ángel Almuzara para solicitar la cesión del convento para una comunidad de monjas capuchinas portuguesas expulsadas del país luso. Ambos accedieron y la iniciativa fue bendecida desde el obispado leonés. Así, en 1920, después de todos los trámites y arreglos oportunos, se instalaron en el convento de Villamañán las hermanas Clarisas Capuchinos. Hasta la actualidad, ‘las monjitas’ –como se las llama cariñosamente en Villamañán- han convivido con toda la comunidad ofreciendo generosidad y cariño.

Este convento tuvo épocas florecientes, según los datos de la época en 1951, llegó a congregar a 28 monjas entre sus muros. No obstante, la situación ha cambiado mucho y a día de hoy la comunidad religiosa está formada por cinco hermanas –todas de una edad muy avanzada-. En marzo de este año, por motivos de edad y enfermedad y ante la imposibilidad de seguir adelante, las monjas solicitan al obispo la supresión del convento y su traslado a otra congregación. Aceptado y concedido, la próxima semana el grupo formado por las cinco monjas se trasladará al monasterio de hermanas Clarisas Capuchinas de Granada.

Todo el pueblo de Villamañán despidió ayer a sus ‘monjitas’ en un acto en el que se rindió homenaje a todas las religiosas que durante estos casi 100 años han pasado por el convento de Villamañán. Las instalaciones del convento, ubicadas en el casco urbano, permanecerán vacías tras 93 años llenos de historia de la congregación de las Clarisas Capuchinas.

Cariño de todo un pueblo

Es mucho el sentimiento de los vecinos hacia sus ‘monjitas’. Bien quedó patente en las emotivas frases leídas por una vecina que abrió el acto de despedida. “Hoy las despedimos con tristeza porque se nos van, pero a la vez con la alegría y la seguridad que allí donde van, se encontrarán mejor” comenzaba una nota llena de tintes de agradecimiento a casi un siglo de historia.

Las monjas clarisas de Villamañán a pesar de ser poco vistas por sus vecinos –la comunidad tiene voto de clausura- siempre han estado muy presentes en la sociedad de Villamañán. Con sus manos, las monjas han hecho famosos sus minuciosos trabajos de costura y bordado, también lo son sus flores –cultivadas en su huerta- que han adornado durante años los altares del convento y de la iglesia parroquial. 

Villamañán dice adiós a sus monjas. “Nunca nos olviden, nosotros siempre las recordaremos”.