Javier Revilla Casado 4
Viernes, 05 de Abril de 2013
AlCUETAS

El castillo de Alcuetas

Si hace un par de semanas nos íbamos hasta el madrileño Museo del Prado para recuperar parte de un elemento patrimonial perdido en la década de 1920, hoy nos quedamos en nuestra comarca y nos centramos en un edificio que, si bien se mantiene en la actualidad, tiene un estado de conservación realmente preocupante. El de Alcuetas es seguramente el castillo más desconocido de nuestra zona.

No se encuentra coronando un otero o en lo alto de una terraza fluvial como es habitual. No alza sus torres muchos metros por encima del caserío que le rodea. Por ello pasa desapercibido, hasta el punto de que algunos libros y guías de castillos provinciales o regionales lo ignoran por completo. Tal desprecio es muy injusto pues, como vamos a ver, esta pequeña fortaleza tiene partes de notable interés.

[Img #2764]
Antes de describirlo hablemos un poco de su historia. No hay estudios definitivos que nos ofrezcan con certeza la fecha en que fue construido el castillo de Alcuetas. A mediados del siglo XIX el Diccionario de don Pascual Madoz nos dice que sus ya por entonces ruinas pertenecieron al que fuera señor jurisdiccional de la villa, el marqués de Vellacinda (sic). Cinco décadas después fue don Manuel Gómez-Moreno quien le dedicó unas líneas, calificándolo como “palacio” por asociación a la inmediata casona de los Marqueses de Villasinda, cuyos restos han desaparecido recientemente. Gómez-Moreno cita únicamente que en tiempos de Carlos V fueron señores de Alcuetas doña María Cabeza de Vaca y su marido don Alonso Enrique de Acuña (Catálogo monumental de la provincia de León, 1906:477).


Posteriormente, quien con más detenimiento ha investigado sobre ello ha sido don José Luis Alonso Ponga, como buen hijo de la villa. Basándose en lo escrito a comienzos del siglo XX por Gómez-Moreno, Alonso Ponga ha escrito que el castillo de Alcuetas fue construido probablemente en el siglo XVI, pero refuta la asociación a la casa solariega inmediata, opinando que ésta ya debió construirse en el siglo XVIII (revista Tierras de León, nº 50, año 1983).


Una investigación arqueológica en el castillo de Alcuetas nos desvelaría muchas de las incógnitas que hoy guarda. Para describirlo digamos que es una fuerte obra de mampostería de piedra y cantos, todo unido con argamasa de cal y arena, modo constructivo muy similar al castillo de Valencia de Don Juan el cual fue mayoritariamente levantado en tiempos de su III conde y II duque, don Juan de Acuña (†1475), padre de don Alonso Enrique de Acuña, señor de Alcuetas por matrimonio con doña María Cabeza de Vaca como ya hemos dicho. Quede pues siquiera planteada la hipótesis de que algunos de los últimos constructores del castillo coyantino participasen también en la obra del castillo de Alcuetas, por su semejante factura de muros y por la relación familiar entre sus impulsores, si confirmásemos que la construcción de esta fortaleza se debió al matrimonio entre doña María Cabeza de Vaca y don Alonso Enrique de Acuña, lo cual nos llevaría a datarlo a finales del siglo XV o comienzos del XVI. Desde luego, la existencia de una cantera de piedra arenisca cerca de Alcuetas, en el pago de la Fuente de San Gregorio, puede ser también un nexo de unión relativo a la construcción de ambas fortalezas.


[Img #2765]Pero sigamos con la descripción arquitectónica del castillo de Alcuetas. Básicamente es un fuerte rectángulo de 14 X 10 metros de perímetro, a modo de torreón, un tamaño similar a la torre del homenaje del castillo coyantino aunque es inferior a aquella en altura, pues aquí sólo alcanza dos pisos, desconociéndose si tiene sótano. Construida a base de muros de 1,80 metros de espesor, la torre del castillo de Alcuetas alcanza actualmente una altura aproximada sobre el suelo de 7 metros e interiormente dividía sus dos alturas hoy visibles por medio de un forjado de madera del cual sólo quedan los mechinales en los muros para encaje de las vigas. La cubierta, de la que no quedan vestigios, pudo formarse a dos aguas con estructura de madera y teja curva.


La planta baja debía ser muy oscura por motivos de seguridad, pues los vanos que rasgaban sus muros eran[Img #2766] muy escasos y de pequeñas dimensiones, muchos de ellos a modo de saeteras abocinadas para cobijar a tiradores. Sólo dos ventanas hacia el Oeste y la portada principal, abierta hacia el Este, tienen un tamaño apreciable en esta altura. Parece que el hueco abierto hacia el Norte en esta planta no se corresponde con una puerta original, sino que se realizaría con posterioridad; de hecho, vemos en esta fachada septentrional una serie de huecos que muestran el adosamiento de otro edificio en esta parte, seguramente en una época muy posterior a su configuración como castillo.


Por el contrario, el piso elevado tiene muchos más vanos y son de mayor tamaño. Hay aquí también saeteras, pero destacan las grandes ventanas rematadas por arcos escarzanos de ladrillo, concretamente cuatro en cada uno de los lienzos del torreón. Su conservación hacia el interior es bastante buena, mientras que al exterior están muy dañadas y pensamos que su causa se deba, además de por el azote de la intemperie, a motivos de expolio de materiales. Incluso nos aventuramos a plantear que algunas jambas y arcos de estas ventanas se rematasen completamente en piedra hacia las fachadas, de hecho, esta posibilidad se aprecia bien en la que mira hacia el Norte.


[Img #2767]


Es muy posible que así fuese, al igual que estuvo forrada de piedra la puerta principal según relata Alonso Ponga: “estaba formada por un arco de medio punto de piedra escuadrada, encima de la cual había un arco de descarga, de ladrillo” (revista Tierras de León, nº 50, año 1983). Ante ello ratificamos nuestra hipótesis de que en algún momento, ya perdida la función defensiva del castillo, alguien arrancó dichos arcos y piezas de piedra de las ventanas y portada para reutilizarlos en otro lugar. Incluso podríamos llegar a imaginar que alguna de estas partes estuviesen ornamentadas con los escudos heráldicos de los promotores, pues es extraño que no aparezca ningún emblema en otras partes del castillo.


[Img #2768]


Pero volvamos a la descripción de los restos que hoy se conservan. En ellos observamos que el torreón rectangular adosó dos cubos circulares en sus ángulos alternos u opuestos N-E y S-O. Y digo adosó pues en mi opinión tales cubos son algo posteriores a la torre central, deducción hecha tras un sencillo estudio visual del modo en que conectan con la misma. Trataré de explicarme si les digo que no hay una contundente continuidad constructiva, como hubiese sido lo lógico[Img #2771] para fortalecer la obra en caso de ser partes coetáneas. Al contrario, los muros no aparecen cosidos o trabados, desunión que se ve perfectamente desde el interior de los cubos.

Otra prueba de ello la observamos en el ángulo S-O, donde existió uno de estos cubos circulares pero que lamentablemente se arruinó hace ya bastantes décadas. Tal desplome no afectó prácticamente nada a la torre central, debido a esta falta de trabazón. Al haberse caído este cubo, también nos permite visualizar muy bien el fino remate de sus ángulos, que igualmente a los otros dos que quedaron al exterior, fue realizado con sillares de cantería perfectamente escuadrados, lo cual se justifica, además de por fines constructivos, por motivos estéticos ya que según nuestra interpretación tales ángulos quedarían también a la vista originariamente, antes del adosamiento de los cubos.


Sin duda, el motivo de incorporar estos elementos circulares se debió, como en tantas otras fortalezas, al desarrollo de la artillería en el siglo XVI y como medio de defensa más eficaz ante ella. Por tanto, si nuestra interpretación fuese correcta, podríamos plantear que el torreón rectangular central podría datar de finales del siglo XV o comienzos del XVI, mientras que la incorporación de los cubos angulares sería ya una obra de algún momento avanzado del siglo XVI.


Se conserva en [Img #2769]bastante buen estado el cubo artillero N-E. Tiene al menos dos pisos, alcanzando la altura del torreón central al que se adosa, aunque si aquel estuviese completo sería algo superior al cubo. Su planta es casi un círculo completo, sólo interrumpido por el ángulo de la torre que abraza, dejando en el interior un espacio de 3 metros exactos de diámetro. El espesor de los muros es aquí de 1,10 metros. Nuevamente abajo sólo se abren saeteras, algunas con espectaculares cámaras de tiro realizadas mediante sucesión de varias roscas de ladrillo. En el piso elevado se abre al exterior una ventana también de arco escarzano, conservando en uno de sus laterales un sencillo pero bello asiento donde vigilar u observar la lejanía. Aquí arriba, la comunicación desde el cubo hacia el interior del castillo se realizaba por una estrecha puerta doble, acodada, rasgada en la torre central.

Finalmente, el cubo se cubre con una espectacular bóveda de ladrillo, la cual se corresponde con la imagen que días pasados pusimos como acertijo para identificar a este elemento patrimonial en nuestra sección. En la foto también vemos que se conserva parte del enfoscado interior de yeso o cal, formando algunos huecos cuya función desconocemos.

Necesariamente el sistema defensivo del castillo se completaba con un foso, como relata Alonso Ponga y que parcialmente era visible en 1983 cuando dicho autor describió esta fortaleza de Alcuetas. Hoy está totalmente colmatado, al igual que la parte interior de la torre acumula algunos metros de escombros ocasionados por el derrumbe de forjados y cubiertas. Poner en valor este castillo requeriría una excavación arqueológica no muy costosa y que sin duda sacaría a la luz numerosos elementos hoy ocultos, los cuales darían realce a esta construcción defensiva. Consolidar la ruina y evitar que siga deteriorándose podría conseguirse una vez se aclare la propiedad del edificio, no en vano estamos ante un Bien de Interés Cultural protegido por el Decreto de 22 de abril de 1949 (BOE del 05-05-1949), que actualmente obliga a su conservación a la Junta de Castilla y León, administración que para ello periódicamente concede ayudas destinadas a la restauración de los castillos. Pongámonos pues manos a la obra, porque entre todos podríamos conseguir poner en valor esta joya.


[Img #2770]






Javier Revilla Casado es historiador
http://www.javirevilla.blogspot.com/
http://www.harineras.blogspot.com/
http://www.historiavalenciadedonjuan.blogspot.com/


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  • José Luis

    José Luis | Viernes, 05 de Abril de 2013 a las 23:42:38 horas

    - El artículo sobre Alcuetas, su castillo y los restos de su casona me ha interesado mucho. FELICIDADES. Llevo mucho tiempo intentando saber a quien perteneció el escudo de la fachada casona, para averiguar armas y colores del mismo.

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  • Javier Revilla

    Javier Revilla | Sábado, 06 de Abril de 2013 a las 11:44:48 horas

    Muchas gracias por tu comentario José Luis. Según los autores que cito, la casa solariega de Alcuetas inmediata al castillo perteneció a los Marqueses de Villasinda. Y efectívamente, salvo el cuartel inferior derecho los emblemas coinciden con los escudos del palacio que dicho marquesado tuvo en la calle Ancha de León (hoy Hotel París).

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  • Javier Revilla

    Javier Revilla | Domingo, 07 de Abril de 2013 a las 10:33:14 horas

    Acaban de confirmarme que el castillo de Alcuetas es propiedad de la Junta Vecinal. Es una grata e importante noticia porque abre la posibilidad de pedir ayudas al menos para consolidación e incluso firmar un convenio con alguna universidad para hacer catas arqueológicas.

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  • Fernando

    Fernando | Jueves, 26 de Marzo de 2015 a las 00:15:57 horas

    Me llamo Fernando, vecino de León, amante de la historia del Reino de León y de los castillos de nuestro Viejo Reino. Hace varios años me interesé decididamente por este castillo de singular belleza y grandes posibiliades. Tras ponerme en contacto con la Junta vecinal, propietaria del castillo, me reuní en concejo con el pueblo un Domingo de Resurrección para presentarles mi proyecto de consolidar los muros y rehabilitar el castillo como vivienda para uso particular, reservando una parte del mismo como museo y aula de interpretación. Todos los gastos correrían de mi cuenta, incluídos la cata arqueológica previa, a cambio de que la Junta vecinal me cediera la titularidad del mismo, pero no hubo acuerdo y el castillo ve acelarada un estado que va camino de la ruina sino se pone remedio.

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