Mansilla de las Mulas
Ruido de matracas y carracas
El sonido de las carracas y matracas previo a los días de Pasión ya es toda una tradición en Mansilla de las Mulas desde donde hace cuatro años se reinterpreta esta antigua tradición impulsada desde el Museo Etnográfico Provincial de León ubicado en la localidad. En la tarde de ayer el característico sonido de matracas y carracas inundó la localidad mansillesa donde grandes y pequeños disfrutaron de la recuperación de una tradición prácticamente perdida. No obstante, en Mansilla la reinterpretación del Rito de Tinieblas obtiene cada año más adeptos
En
la actualidad el evento combina la faceta religiosa con una más lúdica y cultural
a través de un amplio programa ofrecido para acercar dicha tradición a todos
los públicos con diferentes actividades desarrolladas de forma combinada en el
Museo Etnográfico y la iglesia parroquial.
![[Img #2535]](upload/img/periodico/img_2535.jpg)
Mansilla
de las Mulas disfrutó así ayer, una vez más, de la reinterpretación cultural de
un rito religioso que fue común a la práctica totalidad de la comunidad
cristiana hasta el último tercio del siglo XX. En el año 2010 el Ayuntamiento
de Mansilla de las Mulas conjuntamente con las Cofradías y Hermandades
mansillesas, el Coro de Santa María, La Banda de Música Municipal, su cura
párroco y diversas asociaciones culturales de la villa se unieron para
desarrollar una acción de tipo cultural promovida por el Museo Etnográfico
Provincial de León dentro de un completo programa relacionado con el patrimonio
etnográfico religioso popular de la Semana Santa Leonesa en sus vertientes
tanto material como intangible. Como conclusión y como voluntad expresa de los
participantes mansilleses, la totalidad de los grupos integrantes expresaron su
unanimidad en la continuidad, lo que se ha traducido en su celebración durante
los siguientes años 2011 y 2012, con el II y el III Rito de Tinieblas y el presente
año la IV edición.
El
Ritual de las Tinieblas se entrelaza con la creencia de la iglesia cristina de
identificar ‘las tinieblas’ con un periodo concreto y específico dentro de la
Semana Santa que duraba desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de
Resurrección. La manifestación específica del rito, consistía en el Oficio de
Tinieblas, que se desarrollaba el Viernes Santo y coincidía con las lecturas de
la pasión referidas al momento justo de la muerte de Jesucristo.
La
tradición consistía en que en el Oficio de Tinieblas se cantaban los salmos del
miserere, en un normal número de trece, y que habitualmente eran acompañados de
un apagado progresivo de cirios pascuales, bien individualizados bien formando
parte de un ‘tenebrario’ para
finalizar con el último de los salmos y apagado de cirios que da paso a un
apagado general de la iluminación de la iglesia y un repique y estruendo de
matracas y carracas de todo tipo, tanto manuales como fijas, y obligatoriamente
de madera, puesto que se introducía una limitación relacionada con el luto
cristiano, la prohibición de que sonaran “metales” mientras durara la muerte y
el luto por el Mesías.
A mediados de la década de los
años 60 del siglo XX, la celebración del Concilio Vaticano II hizo que cayera
en desuso del Oficio
de Tinieblas; acto de gran
teatralidad, y con él arrastró el abandono de sus instrumentos idiófonos protagonistas: las matracas y las carracas.
![[Img #2536]](upload/img/periodico/img_2536.jpg)
El Museo Etnográfico Provincial de
León en el año 2010 se propuso, desde una perspectiva exclusivamente cultural,
la reinterpretación del Rito y Oficio de Tinieblas para su conocimiento por
parte de aquellas generaciones que ya no habían podido participar de éste. La fecha elegida
para la celebración fue el sábado anterior al Domingo de Ramos, previo a la
Semana Santa, que aun a pesar de no concordar con el originario momento del
Oficio de Tinieblas (el Viernes Santo), sirve de punto de partida de la Semana
Santa mansillesa e hito de cohesión social y grupal entre los colectivos
participantes así como indirectamente oferta cultural y turística de promoción
de la villa.
En
la actualidad el evento combina la faceta religiosa con una más lúdica y cultural
a través de un amplio programa ofrecido para acercar dicha tradición a todos
los públicos con diferentes actividades desarrolladas de forma combinada en el
Museo Etnográfico y la iglesia parroquial.![[Img #2535]](upload/img/periodico/img_2535.jpg)
Mansilla de las Mulas disfrutó así ayer, una vez más, de la reinterpretación cultural de un rito religioso que fue común a la práctica totalidad de la comunidad cristiana hasta el último tercio del siglo XX. En el año 2010 el Ayuntamiento de Mansilla de las Mulas conjuntamente con las Cofradías y Hermandades mansillesas, el Coro de Santa María, La Banda de Música Municipal, su cura párroco y diversas asociaciones culturales de la villa se unieron para desarrollar una acción de tipo cultural promovida por el Museo Etnográfico Provincial de León dentro de un completo programa relacionado con el patrimonio etnográfico religioso popular de la Semana Santa Leonesa en sus vertientes tanto material como intangible. Como conclusión y como voluntad expresa de los participantes mansilleses, la totalidad de los grupos integrantes expresaron su unanimidad en la continuidad, lo que se ha traducido en su celebración durante los siguientes años 2011 y 2012, con el II y el III Rito de Tinieblas y el presente año la IV edición.
El Ritual de las Tinieblas se entrelaza con la creencia de la iglesia cristina de identificar ‘las tinieblas’ con un periodo concreto y específico dentro de la Semana Santa que duraba desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección. La manifestación específica del rito, consistía en el Oficio de Tinieblas, que se desarrollaba el Viernes Santo y coincidía con las lecturas de la pasión referidas al momento justo de la muerte de Jesucristo.
La tradición consistía en que en el Oficio de Tinieblas se cantaban los salmos del miserere, en un normal número de trece, y que habitualmente eran acompañados de un apagado progresivo de cirios pascuales, bien individualizados bien formando parte de un ‘tenebrario’ para finalizar con el último de los salmos y apagado de cirios que da paso a un apagado general de la iluminación de la iglesia y un repique y estruendo de matracas y carracas de todo tipo, tanto manuales como fijas, y obligatoriamente de madera, puesto que se introducía una limitación relacionada con el luto cristiano, la prohibición de que sonaran “metales” mientras durara la muerte y el luto por el Mesías.
A mediados de la década de los años 60 del siglo XX, la celebración del Concilio Vaticano II hizo que cayera en desuso del Oficio de Tinieblas; acto de gran teatralidad, y con él arrastró el abandono de sus instrumentos idiófonos protagonistas: las matracas y las carracas.
![[Img #2536]](upload/img/periodico/img_2536.jpg)
El Museo Etnográfico Provincial de León en el año 2010 se propuso, desde una perspectiva exclusivamente cultural, la reinterpretación del Rito y Oficio de Tinieblas para su conocimiento por parte de aquellas generaciones que ya no habían podido participar de éste. La fecha elegida para la celebración fue el sábado anterior al Domingo de Ramos, previo a la Semana Santa, que aun a pesar de no concordar con el originario momento del Oficio de Tinieblas (el Viernes Santo), sirve de punto de partida de la Semana Santa mansillesa e hito de cohesión social y grupal entre los colectivos participantes así como indirectamente oferta cultural y turística de promoción de la villa.




































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