"Solo pido que se cumplan mis derechos"

"No puedo ni ir a tomar un café. Tengo un amigo también con discapacidad y si viene a visitarme no podemos ir al TeleClub porque no está adaptado" comenta Ángel Pérez. Tras años curtido en el campo, este vecino de 52 años de Villafer se enfrenta contra una grave enfermedad, la esclerosis lateral amiotrófica -conocida como ELA- y que se hizo más visible con la campaña del cubo de agua helada.  En apenas un año conviviendo con esta dolencia neurológica, crónica y degenerativa ha pasado de tener 'molestias' en una pierna a necesitar una silla de ruedas. Ángel lucha contra una enfermedad imparable -no hay cura conocida- y contra el tiempo en una batalla donde su objetivo es mantener la mejor calidad de vida posible. No está solo, junto a él su mujer, Merce, quien es su mejor aliada. 

Ángel gusta de las partidas de cartas con los amigos y éste es uno de los pocos vínculos que mantiene con su vida antes de la enfermedad. Un pequeño momento de ocio para evadirse de esas siglas que denominan su enfermedad, ELA. Siempre ha jugado a las cartas con sus amigos en el Teleclub del pueblo. Hasta hace unos meses Ángel podía moverse con muletas, sin embargo los escalones de acceso al bar y otras barreras arquitectónicas del local suponen una barrera infranqueable para su situación actual. Para lo que ha reclamado a la Junta Vecinal, propietaria del local, que lo haga accesible.

Una lucha contra "las barreras"

Hace unos meses Ángel, podía no sin dificultar, acceder al TeleClub con la ayuda de sus muletas. Pero ahora su situación ha empeorado y la silla de ruedas en la que se mueve no permite ni cerrar la puerta de los aseos... entrar esa otra cuestión ya que los dos escalones de acceso son una barrera infranqueable. Por este motivo, Ángel comenzó a quedar para disfrutar de las tardes de ocio en el Centro Social de la localidad con zonas más amplias y accesible. Él y sus amigos comenzaron a jugar a las cartas en el Centro Social en septiembre, tras el cierre del local antes de que volviera a reabrirse con una nueva gerencia. Entre todos compraron una cafetera y así disfrutaban de la tarde, pero un día la cafetera desapareció. El presidente de la Junta Vecinal, José Antonio Martínez, la retiró ya que alegó "que eso no era un bar y que para eso estaba ya el TeleClub" explica Ángel. Entonces la propuesta fue poder llevar un termo con un café pero el presidente de la Junta también se lo prohibió y recalcó que las consumiciones en el bar. "Yo no puedo entrar en el TeleClub, hay dos escalones de acceso y otro en mitad del local" indica.

Entonces Ángel comenzó su particular lucha para poder disfrutar de un poco de ocio y así luchar contra otra faceta de la enfermedad, la reclusión social. Con mirada triste Ángel parece resignarse con el sino que le ha tocado con su dolencia pero no entiende que la Junta Vecinal de su localidad no le ayude.  "Solo pido que se cumpla la normativa y se haga accesible el bar. Ya no solo por mí, sino por todos... cualquiera puede estar en mi situación o parecida" comenta. Aconsejado por la Asociación Leonesa de Esclerosis Múltiple a la que pertenece y por los Servicios Sociales, remitió un escrito -con fecha de 9 de diciembre- al presidente de la Junta Vecinal para solicitarle la adaptación del Teleclub "por los problemas de accesibilidad que presenta".

La respuesta llegó hace unos días -el 27 de enero-, casi dos meses después de su solicitud. En él, el presidente de la Junta Vecinal indica que "el local no precisa ninguna dotación de servicios higiénicos accesibles por estar el establecimiento dispuesto y en funcionamiento antes de la existencia de esta normativa". En el texto también se citan diferentes normativas y se hace alusión a consultas realizadas a la Gerencia Territorial de Servicios Sociales de León. Todo para responder que la accesibilidad se realizará a través de una rampa móvil. Literalmente se indica que se pondrá la rampa "cuando tenga que ir al local y luego se quitará para que el resto de los asistentes al local puedan acceder libremente sin obstáculos (lo que es bueno para uno es peligroso para el resto, hay que respetarse mutuamente)". "¿Qué culpa tengo yo de necesitar una silla de ruedas?", solloza Ángel, ya visiblemente emocionado, mientras cuenta su historia. 

Además de esta carta, Ángel asegura que el presidente de la Junta Vecinal ha tardado en atenderle. "Nos ha dicho que ya no va hacer nada más que poner una rampa móvil" añade Merce que no se cansa de defender los derechos de su marido.

Han consultado el caso con un abogado para reclamar la adaptación del Teleclub por vía judicial. Pero, en principio, han descartado esta opción ya que quieren destinar todos sus ahorros para continuar con el tratamiento con células madre al que se está sometiendo Ángel en Bulgaria, hasta donde viajaron en octubre y regresarán en abril. Pero no van a parar y están dispuestos a llevar su denuncia hasta el Defensor del Pueblo o "donde haga falta" para que la voz de Ángel se oiga a pesar de una cruel enfermedad que lo está callando. "No sólo es por mí, es por todos" repite constantemente.

Por su parte, el presidente de la Junta Vecinal, José Antonio Martínez, asegura que los medios de la pedanía son limitados y que ya ha indicado a Ángel que el "Teleclub se adaptará en medida de lo posible".