DE PUEBLO EN PUEBLO - CAPÍTULO 7
Alcuetas, aquel pequeño pueblo con un gran castillo
![[Img #18721]](upload/img/periodico/img_18721.jpg)
Alcuetas es uno de esos pueblos que inviernan y reflorecen en primavera y en época estival triplicando y cuatriplicando su población con la llegada de veraneantes y los llamados “hijos del pueblo” que residen fuera de la localidad.
El nombre de Alcuetas es de origen árabe y significa los cerros, los cuetos (cotas). El núcleo de la población se encuentra en un fértil valle escondido entre varios pequeños oteros. Alcuetas también es conocido como el pueblo de “los cucullos”, así se llama a sus residentes como consecuencia del mote de una de sus vecinas que se hizo extensivo a toda la localidad.
![[Img #18699]](upload/img/periodico/img_18699.jpg)
Esta pequeña pedanía de Villabraz puede presumir de lucir uno de los BIC del Sur leonés, su castillo -que en realidad es un palacio- es un gran desconocido que cuenta con el reconocimiento de Patrimonio que certifica el valor de la antigua fortaleza que resiste al paso del tiempo guardando leyendas e historias. Leyendas como las de las ánimas –narrada en su día por José Luis Alonso Ponga- que vagaban por los campos y calles de Alcuetas ante el horror de los parameses que llegaban a la localidad para la siembra. Tampoco falta la leyenda del tunel que une la localidad con otra, así existe la creencia popular que en su día un largo túnel unía el castillo de Alcuetas y el de Valencia de Don Juan.
La cultura es un valor en alza en esta localidad que cuenta con una intensa agenda de actividades culturales y de ocio especialmente en época estival gracias a la acción del veterano Centro Cultural El Cerro.
Pero sin duda su mayor tesoro es el pequeño castillo. Tres pisos de una magnífica fortaleza de gran belleza que presenta cubos en dos de sus lados. El castillo data del SXV y fue mandado construir por Alfonso Enriquez de Acuña. Otro elemento de interés en la localidad es la espadaña de tres cuerpos de la parroquia.
![[Img #18707]](upload/img/periodico/img_18707.jpg)
Y cuando llega el otoño es momento de setas y hongos, paseos por el campo y atardeceres entre nieblas que pintan el horizonte de mágicos tonos.
Esta sección está patrocinada por El Baúl de Pili
Alcuetas es uno de esos pueblos que inviernan y reflorecen en primavera y en época estival triplicando y cuatriplicando su población con la llegada de veraneantes y los llamados “hijos del pueblo” que residen fuera de la localidad.
El nombre de Alcuetas es de origen árabe y significa los cerros, los cuetos (cotas). El núcleo de la población se encuentra en un fértil valle escondido entre varios pequeños oteros. Alcuetas también es conocido como el pueblo de “los cucullos”, así se llama a sus residentes como consecuencia del mote de una de sus vecinas que se hizo extensivo a toda la localidad.
Esta pequeña pedanía de Villabraz puede presumir de lucir uno de los BIC del Sur leonés, su castillo -que en realidad es un palacio- es un gran desconocido que cuenta con el reconocimiento de Patrimonio que certifica el valor de la antigua fortaleza que resiste al paso del tiempo guardando leyendas e historias. Leyendas como las de las ánimas –narrada en su día por José Luis Alonso Ponga- que vagaban por los campos y calles de Alcuetas ante el horror de los parameses que llegaban a la localidad para la siembra. Tampoco falta la leyenda del tunel que une la localidad con otra, así existe la creencia popular que en su día un largo túnel unía el castillo de Alcuetas y el de Valencia de Don Juan.
La cultura es un valor en alza en esta localidad que cuenta con una intensa agenda de actividades culturales y de ocio especialmente en época estival gracias a la acción del veterano Centro Cultural El Cerro.
Pero sin duda su mayor tesoro es el pequeño castillo. Tres pisos de una magnífica fortaleza de gran belleza que presenta cubos en dos de sus lados. El castillo data del SXV y fue mandado construir por Alfonso Enriquez de Acuña. Otro elemento de interés en la localidad es la espadaña de tres cuerpos de la parroquia.
Y cuando llega el otoño es momento de setas y hongos, paseos por el campo y atardeceres entre nieblas que pintan el horizonte de mágicos tonos.
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Maria Diez | Sábado, 14 de Noviembre de 2015 a las 00:45:13 horas
Que bueno el artículo!
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