FerdUero apoya al Páramo Bajo en su conflicto con la CHD

La Asociación FERDUERO apoya a la Comunidad de Regantes del Páramo Bajo de León y Zamora por el grave perjuicio que le supone la decisión unilateral de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) de imputar en la Tarifa de Utilización del Agua de la Comunidad los costes eléctricos derivados del funcionamiento de la estación elevadora de Villalobar, así como del propio mantenimiento de la citada estación, rompiendo el compromiso adquirido por el Gobierno de España desde el 24 de octubre de 1995 y provocando un agravio comparativo con la inmensa mayoría de las comunidades modernizadas de la cuenca que utilizan un solo bombeo.

Con esta medida adoptada sin diálogo ni consenso —una forma de proceder a la que el Organismo de Cuenca ha acostumbrado en los últimos tiempos— la tarifa a pagar se convierte en inasumible para los regantes que, además, están soportando actualmente la amortización de la obra de modernización, el amueblamiento de parcelas y el incremento de todos los insumos necesarios para obtener producciones que les permitan vivir dignamente. El impacto de esta decisión amenaza la amortización de las infraestructuras aludidas, compromete el futuro de cientos de familias agrícolas y pone en riesgo el tejido económico de los 37 municipios dependientes del regadío del Páramo Bajo de León y Zamora. La defensa del regadío no es solo una cuestión económica, sino la garantía de la vida en los pueblos, del empleo agrario y del futuro de toda la comarca.

Desde FERDUERO se considera que la Confederación ha errado en su planteamiento, empeorando la situación del Páramo Bajo de León y Zamora al ampararse, según su criterio, en un supuesto “agravio comparativo” con otras situaciones que no son comparables, al partir de condiciones totalmente distintas. La realidad es que esta decisión sitúa a la Comunidad en una clara desigualdad con la práctica mayoría, cuando la postura lógica habría sido buscar soluciones para mejorar las condiciones de quienes soportan mayores costes, un objetivo para el que siempre contarán con el apoyo de FERDUERO. Hasta nueve presidentes anteriores de la CHD respetaron el compromiso adoptado por el Gobierno de España, y ahora la Comunidad de Regantes del Páramo Bajo se ve obligada a pagar las consecuencias de una mala gestión en la contratación de la energía, que derivó en una llamada de atención en la Junta de Gobierno de la Confederación tras tener que afrontar una factura desmesurada. El resultado es tener que asumir un coste cinco veces mayor por elevar el mismo caudal desde la estación de Villalobar a una columna de 50 metros que por bombearlo a la red a una columna de 60 metros, que es lo que la Comunidad debe realizar desde sus estaciones de bombeo para garantizar la presión adecuada en todos sus hidrantes.

En 1995, el entonces presidente de la CHD, José María de la Guía, con el respaldo del secretario de Estado para las Políticas del Agua y el Medio Ambiente y del director general de Obras Hidráulicas, estableció mediante resolución expresa que los agricultores no asumirían los costes de la energía ni del mantenimiento de la elevación de Villalobar. La CHD se comprometió a cubrir estos gastos con los ingresos procedentes de la explotación del Salto Hidroeléctrico de Sahechores. Este acuerdo fue la base para la creación de la Comunidad de Regantes, tras descartarse la ejecución y puesta en explotación del Pantano de las Omañas, inicialmente previsto para dar servicio a la zona regable del Páramo Bajo. La constitución de la Comunidad, así como la posterior modernización de las infraestructuras de riego —que afectó a 24.200 hectáreas y supuso un endeudamiento superior a 40 millones de euros— se llevó a cabo bajo la premisa de que los costes de elevación quedarían cubiertos por la CHD. De haberse exigido el pago de dicha elevación desde el inicio, sumado al segundo bombeo tras la modernización, lo más probable es que la Comunidad nunca se hubiera constituido ni se habría logrado frenar la despoblación e incorporar jóvenes activos a las zonas rurales afectadas.

En definitiva, desde FERDUERO se considera inaceptable que se cambien las reglas del juego a mitad del partido y que el incremento de las tarifas que se pretende aplicar a la Comunidad resulte inasumible. Además, en estos momentos resulta impredecible el impacto futuro de esta medida, tanto por la variabilidad e inestabilidad del mercado eléctrico como por los costes de mantenimiento de la estación cuando sus elementos comiencen a fallar y la reparación o reposición tenga que ser asumida por la propia Comunidad. La Confederación demuestra estar alejada de la realidad, carece de sensibilidad, prioriza la imposición frente al diálogo y está jugando con el futuro de todas las familias de propietarios y agricultores que integran la Comunidad. Por todo ello, FERDUERO muestra su apoyo sin fisuras a la reivindicación del Páramo Bajo para que se respeten las condiciones del acuerdo firmado en octubre de 1995.