La compraventa inmobiliaria y la solicitud de hipotecas crecen en León en 2025
![[Img #101859]](https://leonsurdigital.com/upload/images/10_2025/4599_inmo.jpg)
León no es ajena al incremento de la actividad inmobiliaria que se ha dado a nivel nacional en los últimos años. De hecho, los usuarios cada vez se comprometen más con una hipoteca con el objetivo de adquirir una primera vivienda en la capital castellana.
Los datos oficiales apoyan esta afirmación: tan solo en el mes de julio de 2025 se cerraron un 18 % más de compraventas que en el mismo periodo en 2024. Esta cifra se sitúa por encima de la media nacional, que fija en un 17,9 % el porcentaje de crecimiento de las transacciones en el mercado inmobiliario. Además, medios especializados hablan de un mercado en tensión donde existe un déficit de aproximadamente tres mil viviendas en toda la región.
La alta demanda ha encarecido los precios un 39 %, aunque esto no ha frenado el hecho de que muchas personas soliciten una hipoteca a las entidades bancarias. En ese lado de la balanza, el de la solicitud de hipoteca, lo cierto es que los leoneses se están encontrando con un escenario favorable.
Esta situación se debe a la bajada de los tipos de interés del BCE y a un euríbor a la baja, lo cual permite encontrarse con condiciones muy accesibles para una gran variedad de perfiles de solicitantes.
La hipoteca: ¿a interés fijo o a interés variable?
Con un precio medio de la vivienda de 125.114 euros para pisos de 90 m2, la principal pregunta que se hacen los ciudadanos que se plantean firmar una hipoteca es si esta debería ser a un interés fijo o variable.
El primer paso para tomar una decisión —especialmente ahora, en un momento en el que las entidades bancarias han vuelto a ofrecer ambas posibilidades con normalidad—, es entender perfectamente en qué consisten estas dos categorías de hipotecas.
Además de estas dos fórmulas principales, existe una opción híbrida, conocida como la hipoteca mixta, que está ganando peso en todos los perfiles de usuarios en nuestro país.
Hipotecas a tipo fijo: mantener la cuota mensual
Las hipotecas a un interés fijo se caracterizan por mantener una cuota mensual constante a lo largo de todo el periodo para el que se firma el préstamo. Dicho de otro modo, el banco y el usuario pactan una cantidad mensual de cuota que no va a cambiar, pase lo que pase en el mercado, hasta la devolución total del dinero.
La cuota hipotecaria a tipo fijo está recomendada para usuarios conservadores desde el punto de vista económico. Un ejemplo sería el de las personas con rentas bajas, que necesitan planear bien sus finanzas sin ningún tipo de incertidumbre.
En el otro lado de la balanza se sitúa, como principal desventaja, que las personas que firman una hipoteca de tipo fijo suelen asumir un pago de interés más alto que en el caso de la hipoteca variable.
Así mismo, la protección en el caso de subida de tipos también puede volverse en contra: en caso de bajadas de tipos, con un escenario económico favorable, los propietarios con hipotecas a tipo fijo no se beneficiarían de la reducción en la cuota.
Hipotecas a tipo variable: enfrentarse al mercado
Por comparativa, es fácil imaginar qué es la hipoteca a tipo variable. En estos casos, el préstamo del banco se supedita a las subidas o bajadas de un índice de referencia. En otras palabras, la cuota que se firma al inicio no tiene por qué mantenerse estable durante todo el proceso de devolución del préstamo.
Al contrario, los clientes del banco recibirán actualizaciones cada cierto tiempo, que harán que el pago mensual suba o baje dependiendo de la evolución de la macroeconomía. Si, por ejemplo, suben el euríbor (que es el índice más utilizado), la cuota aumentará; si baja, los usuarios verán cómo su gasto mensual en la hipoteca se reduce durante unos meses.
Como ventajas de este tipo de fórmula, las hipotecas variables suelen estar asociadas a tipos más bajos al inicio, por lo que son más atractivas que la hipoteca fija. Además, se pueden beneficiar de manera directa de las ya citadas bajadas de los tipos de interés.
En cuanto a desventajas al firmar hipotecas de esta naturaleza, el usuario se expone a una incertidumbre total durante todo el periodo de devolución: en contextos en los que la economía se tensa, con tipos altos, los clientes pueden enfrentarse a cuotas mensuales que podrían no llegar a asumir.
El perfil habitual de personas que optan por la hipoteca variable son quienes tienen rentas más altas, pueden afrontar los cambios en los pagos y buscan beneficiarse de contextos económicos favorables.
Hipotecas mixtas
Una opción intermedia entre ambas opciones es la hipoteca mixta. En estos casos, existe un primer periodo de tipo fijo y un segundo plazo de devolución de tipo variable.
Ese periodo inicial suele ser de entre 5 y 15 años y sirve para que los clientes tengan un largo periodo de seguridad para acumular patrimonio, experimentar subidas de salario o estabilizarse profesionalmente de cara a afrontar esa segunda fase variable.
Los periodos de compra de una vivienda se sitúan en torno al año natural
La alta demanda de pisos y casas en León, tanto en la capital como en los pueblos de la provincia, hace que muchos propietarios logren cerrar un trato en menos de un mes con la propiedad a la venta.
Si a este escenario se suman entre 4 y 6 semanas para que los compradores realicen el estudio de viabilidad de la hipoteca, una venta de una casa se cierra en León en un tiempo récord de dos meses.
Desde la perspectiva de los compradores, los plazos son algo más largos, pero también reducidos respecto a los últimos años. En menos de un año natural es posible tener las llaves de la nueva casa, con todo el papeleo firmado y la hipoteca ya operativa.
León no es ajena al incremento de la actividad inmobiliaria que se ha dado a nivel nacional en los últimos años. De hecho, los usuarios cada vez se comprometen más con una hipoteca con el objetivo de adquirir una primera vivienda en la capital castellana.
Los datos oficiales apoyan esta afirmación: tan solo en el mes de julio de 2025 se cerraron un 18 % más de compraventas que en el mismo periodo en 2024. Esta cifra se sitúa por encima de la media nacional, que fija en un 17,9 % el porcentaje de crecimiento de las transacciones en el mercado inmobiliario. Además, medios especializados hablan de un mercado en tensión donde existe un déficit de aproximadamente tres mil viviendas en toda la región.
La alta demanda ha encarecido los precios un 39 %, aunque esto no ha frenado el hecho de que muchas personas soliciten una hipoteca a las entidades bancarias. En ese lado de la balanza, el de la solicitud de hipoteca, lo cierto es que los leoneses se están encontrando con un escenario favorable.
Esta situación se debe a la bajada de los tipos de interés del BCE y a un euríbor a la baja, lo cual permite encontrarse con condiciones muy accesibles para una gran variedad de perfiles de solicitantes.
La hipoteca: ¿a interés fijo o a interés variable?
Con un precio medio de la vivienda de 125.114 euros para pisos de 90 m2, la principal pregunta que se hacen los ciudadanos que se plantean firmar una hipoteca es si esta debería ser a un interés fijo o variable.
El primer paso para tomar una decisión —especialmente ahora, en un momento en el que las entidades bancarias han vuelto a ofrecer ambas posibilidades con normalidad—, es entender perfectamente en qué consisten estas dos categorías de hipotecas.
Además de estas dos fórmulas principales, existe una opción híbrida, conocida como la hipoteca mixta, que está ganando peso en todos los perfiles de usuarios en nuestro país.
Hipotecas a tipo fijo: mantener la cuota mensual
Las hipotecas a un interés fijo se caracterizan por mantener una cuota mensual constante a lo largo de todo el periodo para el que se firma el préstamo. Dicho de otro modo, el banco y el usuario pactan una cantidad mensual de cuota que no va a cambiar, pase lo que pase en el mercado, hasta la devolución total del dinero.
La cuota hipotecaria a tipo fijo está recomendada para usuarios conservadores desde el punto de vista económico. Un ejemplo sería el de las personas con rentas bajas, que necesitan planear bien sus finanzas sin ningún tipo de incertidumbre.
En el otro lado de la balanza se sitúa, como principal desventaja, que las personas que firman una hipoteca de tipo fijo suelen asumir un pago de interés más alto que en el caso de la hipoteca variable.
Así mismo, la protección en el caso de subida de tipos también puede volverse en contra: en caso de bajadas de tipos, con un escenario económico favorable, los propietarios con hipotecas a tipo fijo no se beneficiarían de la reducción en la cuota.
Hipotecas a tipo variable: enfrentarse al mercado
Por comparativa, es fácil imaginar qué es la hipoteca a tipo variable. En estos casos, el préstamo del banco se supedita a las subidas o bajadas de un índice de referencia. En otras palabras, la cuota que se firma al inicio no tiene por qué mantenerse estable durante todo el proceso de devolución del préstamo.
Al contrario, los clientes del banco recibirán actualizaciones cada cierto tiempo, que harán que el pago mensual suba o baje dependiendo de la evolución de la macroeconomía. Si, por ejemplo, suben el euríbor (que es el índice más utilizado), la cuota aumentará; si baja, los usuarios verán cómo su gasto mensual en la hipoteca se reduce durante unos meses.
Como ventajas de este tipo de fórmula, las hipotecas variables suelen estar asociadas a tipos más bajos al inicio, por lo que son más atractivas que la hipoteca fija. Además, se pueden beneficiar de manera directa de las ya citadas bajadas de los tipos de interés.
En cuanto a desventajas al firmar hipotecas de esta naturaleza, el usuario se expone a una incertidumbre total durante todo el periodo de devolución: en contextos en los que la economía se tensa, con tipos altos, los clientes pueden enfrentarse a cuotas mensuales que podrían no llegar a asumir.
El perfil habitual de personas que optan por la hipoteca variable son quienes tienen rentas más altas, pueden afrontar los cambios en los pagos y buscan beneficiarse de contextos económicos favorables.
Hipotecas mixtas
Una opción intermedia entre ambas opciones es la hipoteca mixta. En estos casos, existe un primer periodo de tipo fijo y un segundo plazo de devolución de tipo variable.
Ese periodo inicial suele ser de entre 5 y 15 años y sirve para que los clientes tengan un largo periodo de seguridad para acumular patrimonio, experimentar subidas de salario o estabilizarse profesionalmente de cara a afrontar esa segunda fase variable.
Los periodos de compra de una vivienda se sitúan en torno al año natural
La alta demanda de pisos y casas en León, tanto en la capital como en los pueblos de la provincia, hace que muchos propietarios logren cerrar un trato en menos de un mes con la propiedad a la venta.
Si a este escenario se suman entre 4 y 6 semanas para que los compradores realicen el estudio de viabilidad de la hipoteca, una venta de una casa se cierra en León en un tiempo récord de dos meses.
Desde la perspectiva de los compradores, los plazos son algo más largos, pero también reducidos respecto a los últimos años. En menos de un año natural es posible tener las llaves de la nueva casa, con todo el papeleo firmado y la hipoteca ya operativa.
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