Si en Levante tienen las DANAs, aquí en el Noroeste nuestras DANAs van a ser los incendios de la biomasa
Comunicado sobre la situación de incendios en el Noroeste, desde el municipio de Murias de Paredes
(Reserva de la Biosfera de los Valles de Omaña y Luna, León).
![[Img #99456]](https://leonsurdigital.com/upload/images/08_2025/3542_whatsapp-image-2025-08-16-at-224627.jpeg)
Lo que estamos viviendo en el Noroeste se veía venir, y ha llegado. El cambio climático ya lo tenemos aquí, es evidente tanto para el que lo quiera ver, como para el que no. Ya el pasado verano de 2024 fue excepcional por el elevado número de noches templadas, pero este verano de 2025 está siendo absolutamente disparatado. Habrá que esperar a los datos estadísticos oficiales, pero si no se ha batido el récord de temperatura máxima, sin duda se ha batido el de número de días seguidos con máximas por encima de 30ºC, y el de escasez de precipitaciones: desde el 1 de junio hasta el 15 de agosto, apenas ha llovido nada en estos altos valles cantábricos.
Pero el problema del cambio climático se junta con el asilvestramiento de los montes.
Nuestros montes, a lo largo de los últimos 50 años, de la mano del abandono de los aprovechamientos tradicionales, han experimentado un proceso extraordinario de expansión y densificación, tanto de la vegetación de sotobosque como de la propia masa arbórea, creándose unas frondas forestales de altísimo valor ecológico, ambiental, económico y paisajístico.
Pero no son bosques, aún no. Son montes asilvestrados, que es otra cosa diferente y requiere un manejo específico.
La unión del cambio climático con sus veranos ahornagantes y secos, y el asilvestramiento de los montes, crean una coincidencia que genera una situación totalmente nueva, y desafiante.
Necesitamos con urgencia el diseño y la aplicación de un Plan de Gestión Integral de los Montes.
Una gestión concretada en acciones específicas que, desarrolladas a lo largo de todo el año, ayuden a nuestros montes a convertirse en bosques. Necesitamos reducir la biomasa que forma el matorral, reducción mediante desbroces mecánicos, desbroces manuales, y sobre todo, la acción del ganado. Necesitamos más ganado en los montes, ganado variado que limite la expansión del matorral y consuma el pasto que se genera con la humedad de nuestros largos inviernos de nieve y lluvia. Necesitamos una acción permanente de apertura, limpieza y mantenimiento de caminos, pistas y cortafuegos.
Y necesitamos más medios de extinción, pues la amenaza del incendio siempre va a estar presente. Necesitamos brigadas formadas por personal entrenado que estén en el territorio y puedan intervenir con rapidez para atajar los conatos. Y necesitamos más medios humanos, profesionalizados y con una situación laboral digna, que puedan llevar a cabo tanto las acciones de prevención antedichas, como las intervenciones masivas que pueden ser necesarias cuando el conato se convierta en incendio descontrolado. Necesitamos que esos medios humanos estén apoyados por más medios técnicos y mecánicos: hidroaviones, helicópteros, motobombas o retroexcavadoras.
Si en Levante tienen las DANAs, aquí en el Noroeste nuestras DANAs van a ser los incendios de la biomasa.
Lo que estamos viviendo a mediados de agosto de 2025 no es más que el principio de un proceso que se va a ir agravando si no acometemos una gestión integral de los montes.
Mari Carmen Mallo.
Alcaldesa de Murias de Paredes.
(Reserva de la Biosfera de los Valles de Omaña y Luna, León).
Lo que estamos viviendo en el Noroeste se veía venir, y ha llegado. El cambio climático ya lo tenemos aquí, es evidente tanto para el que lo quiera ver, como para el que no. Ya el pasado verano de 2024 fue excepcional por el elevado número de noches templadas, pero este verano de 2025 está siendo absolutamente disparatado. Habrá que esperar a los datos estadísticos oficiales, pero si no se ha batido el récord de temperatura máxima, sin duda se ha batido el de número de días seguidos con máximas por encima de 30ºC, y el de escasez de precipitaciones: desde el 1 de junio hasta el 15 de agosto, apenas ha llovido nada en estos altos valles cantábricos.
Pero el problema del cambio climático se junta con el asilvestramiento de los montes.
Nuestros montes, a lo largo de los últimos 50 años, de la mano del abandono de los aprovechamientos tradicionales, han experimentado un proceso extraordinario de expansión y densificación, tanto de la vegetación de sotobosque como de la propia masa arbórea, creándose unas frondas forestales de altísimo valor ecológico, ambiental, económico y paisajístico.
Pero no son bosques, aún no. Son montes asilvestrados, que es otra cosa diferente y requiere un manejo específico.
La unión del cambio climático con sus veranos ahornagantes y secos, y el asilvestramiento de los montes, crean una coincidencia que genera una situación totalmente nueva, y desafiante.
Necesitamos con urgencia el diseño y la aplicación de un Plan de Gestión Integral de los Montes.
Una gestión concretada en acciones específicas que, desarrolladas a lo largo de todo el año, ayuden a nuestros montes a convertirse en bosques. Necesitamos reducir la biomasa que forma el matorral, reducción mediante desbroces mecánicos, desbroces manuales, y sobre todo, la acción del ganado. Necesitamos más ganado en los montes, ganado variado que limite la expansión del matorral y consuma el pasto que se genera con la humedad de nuestros largos inviernos de nieve y lluvia. Necesitamos una acción permanente de apertura, limpieza y mantenimiento de caminos, pistas y cortafuegos.
Y necesitamos más medios de extinción, pues la amenaza del incendio siempre va a estar presente. Necesitamos brigadas formadas por personal entrenado que estén en el territorio y puedan intervenir con rapidez para atajar los conatos. Y necesitamos más medios humanos, profesionalizados y con una situación laboral digna, que puedan llevar a cabo tanto las acciones de prevención antedichas, como las intervenciones masivas que pueden ser necesarias cuando el conato se convierta en incendio descontrolado. Necesitamos que esos medios humanos estén apoyados por más medios técnicos y mecánicos: hidroaviones, helicópteros, motobombas o retroexcavadoras.
Si en Levante tienen las DANAs, aquí en el Noroeste nuestras DANAs van a ser los incendios de la biomasa.
Lo que estamos viviendo a mediados de agosto de 2025 no es más que el principio de un proceso que se va a ir agravando si no acometemos una gestión integral de los montes.
Mari Carmen Mallo.
Alcaldesa de Murias de Paredes.
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