De aquellos barros estos lodos
![[Img #97135]](https://leonsurdigital.com/upload/images/06_2025/556_img_20250627_185915.jpg)
Un pleno ordinario es el órgano colegiado representativo del municipio. Estas reuniones, que tienen una periodicidad fijada por ley aunque puedes ser variable en función de los municipios, tienen el poder de informar a la oposición y, también al pueblo, que decida asistir. Gracias a los plenos los vecinos pueden conocer de primera mano, y sin que nadie se lo cuente, lo que ocurre en el municipio y en qué trabaja el Ayuntamiento. En los plenos se habla, se debate y se aprueban o no se aprueban los asuntos municipales.
Sin embargo, estos órganos no se aprovechan como debieran en muchos Ayuntamientos. Especialmente los más pequeños que, en muchas ocasiones, no cuentan ni con público. En otros municipios toda la corporación es del mismo partido y en otros Consistorios los plenos se han convertido en un mero trámite “para cubrir expediente” y que los secretarios puedan sellar el acta.
La actividad municipal se debe de lucir en los plenos, tanto por el equipo de gobierno y también en el ejercicio de la oposición. Es en este ‘ring’, el de los plenos, donde se deben esgrimir pros y contras, sacar los colores al equipo de gobierno o explicar un presupuesto. Por ello, que en un Ayuntamiento “no muy pequeño” como es Valderas, que se lleve a pleno el presupuesto de todo un año y pase de ‘refilón’ con una aprobación unánime de todos los concejales es cuanto menos sorprendente.
El vecino ve y observa como el secretario explica que se va aprobar el presupuesto para el 2025. Unas cuantas palabras técnicas del secretario y acto seguido las seis manos de los concejales presentes se levantan (tres del equipo de Gobierno del PSOE y tres de la oposición PP). Nadie pregunta y nadie explica. Todo “sí” pero el vecino de a pie (y ojo que hoy había unos cuantos) sale del plenario sin saber, ni siquiera, la cantidad aprobada en presupuesto por el Ayuntamiento. Cuanto menos es curioso. Ya les digo, un presupuesto que casi roza los tres millones de euros.
Considero que un presupuesto en un pleno bien merece una presentación (con, al menos, la cantidad, las líneas básicas y los proyectos que engloba). Por supuesto, también llama poderosamente la atención que, desde la oposición, no haya ninguna pregunta sobre algún aspecto o partida... Nada...silencio absoluto. Así quedó aprobado el presupuesto del 2025 y los presentes no supimos ni la cantidad en ese momento. Cierto que se publicará en el Boletín Oficial de la Provincia y, por supuesto, en este medio... Pero, ¿es qué un presupuesto no merece un debate? Ya no digo como los que salen en la TV... Pero algo.
Lo más gracioso es que ni el punto primero –una modificación de la RPT (Relación de Puestos de Trabajo) del ayuntamiento- ni el punto del presupuesto invitó al debate del plenario. Si trajo debate otra cuestión: los festivos del 2026. Cinco o seis minutos para decidir unos festivos que, más o menos, son iguales cada año. De hecho este punto es un mero trámite en los plenos de los Ayuntamientos y, por supuesto, se lleva ya decidido de forma previa al pleno. En este caso, en Valderas se volvió a vivir una de esas curiosas imágenes, el plenario decidiendo que si el día tal de la Patrona o el de la romería.... Ésta ha sido la primera vez que los presentes oímos a los concejales.
Fue al final del pleno y tras los ‘informes de alcaldía’, en los que el nuevo alcalde Agustín Lobato explicó lo realizado en las últimas semanas y los proyectos más inminentes, cuando la oposición hizo acto de presencia. Lo primero para preguntar por la “famosa” calle de las Eras Sol (cuya urbanización reclaman sus vecinos desde hace años, pero esa es otra historia) y el señor secretario explicó que “el montante para este proyecto estaba recogido dentro del presupuesto”. Aquí está el “quiz” de la cuestión, quizá los presentes hubieran conocido este detalle en el momento en el que habría tocado debatir el pleno o si la oposición hubiera preguntado por el destino de más de un millón de euros destinado a inversión en Valderas. Pero no, solo se debatió sobre los festivos locales.
Como suele ocurrir en los ordinarios, el tema ‘ruegos y preguntas’ desde la oposición suele ser el momento más interesante. En esta ocasión volvió a repetirse así, algo francamente beneficioso para los vecinos, que así conocieron de primera mano temas como la ausencia de atracciones en las inminentes fiestas que comienzan mañana y otros aspectos relevantes.
Creo que Valderas merece un pleno en condiciones. Un órgano en el que los asistentes nos enteremos de las cuestiones relevantes del municipio en un debate constructivo para todos. Ciertamente habrá tiranteces y debates, e incluso broncas, pero un pleno es para mucho más que hablar de los días de los festivos locales. Todo en un ambiente ordenado y coordinado, lejos de las tertulias televisivas en las que todos hablan la vez. En los plenos hay orden, el secretario es el ‘árbitro’ de este juego en el que los portavoces de cada lado hablan, para algo son portavoces. En Valderas, muchas veces, el pleno acaba siendo un filandón en el que incluso participan los vecinos, no al final como ocurre en otros lados...
Es entonces cuando recuerdo alguno de los capítulos del pasado reciente de Valderas, con episodios de la vida municipal que bien podrían tener hueco en Parodia Nacional. Resuena en mi cabeza... “de aquellos barros estos lodos” . Y es que quizá sea más necesario hablar, debatir y analizar el presupuesto –vital para la vida y el futuro del municipio- que debatir unos festivos locales que, casi siempre, van a ser los mismos.
Un pleno ordinario es el órgano colegiado representativo del municipio. Estas reuniones, que tienen una periodicidad fijada por ley aunque puedes ser variable en función de los municipios, tienen el poder de informar a la oposición y, también al pueblo, que decida asistir. Gracias a los plenos los vecinos pueden conocer de primera mano, y sin que nadie se lo cuente, lo que ocurre en el municipio y en qué trabaja el Ayuntamiento. En los plenos se habla, se debate y se aprueban o no se aprueban los asuntos municipales.
Sin embargo, estos órganos no se aprovechan como debieran en muchos Ayuntamientos. Especialmente los más pequeños que, en muchas ocasiones, no cuentan ni con público. En otros municipios toda la corporación es del mismo partido y en otros Consistorios los plenos se han convertido en un mero trámite “para cubrir expediente” y que los secretarios puedan sellar el acta.
La actividad municipal se debe de lucir en los plenos, tanto por el equipo de gobierno y también en el ejercicio de la oposición. Es en este ‘ring’, el de los plenos, donde se deben esgrimir pros y contras, sacar los colores al equipo de gobierno o explicar un presupuesto. Por ello, que en un Ayuntamiento “no muy pequeño” como es Valderas, que se lleve a pleno el presupuesto de todo un año y pase de ‘refilón’ con una aprobación unánime de todos los concejales es cuanto menos sorprendente.
El vecino ve y observa como el secretario explica que se va aprobar el presupuesto para el 2025. Unas cuantas palabras técnicas del secretario y acto seguido las seis manos de los concejales presentes se levantan (tres del equipo de Gobierno del PSOE y tres de la oposición PP). Nadie pregunta y nadie explica. Todo “sí” pero el vecino de a pie (y ojo que hoy había unos cuantos) sale del plenario sin saber, ni siquiera, la cantidad aprobada en presupuesto por el Ayuntamiento. Cuanto menos es curioso. Ya les digo, un presupuesto que casi roza los tres millones de euros.
Considero que un presupuesto en un pleno bien merece una presentación (con, al menos, la cantidad, las líneas básicas y los proyectos que engloba). Por supuesto, también llama poderosamente la atención que, desde la oposición, no haya ninguna pregunta sobre algún aspecto o partida... Nada...silencio absoluto. Así quedó aprobado el presupuesto del 2025 y los presentes no supimos ni la cantidad en ese momento. Cierto que se publicará en el Boletín Oficial de la Provincia y, por supuesto, en este medio... Pero, ¿es qué un presupuesto no merece un debate? Ya no digo como los que salen en la TV... Pero algo.
Lo más gracioso es que ni el punto primero –una modificación de la RPT (Relación de Puestos de Trabajo) del ayuntamiento- ni el punto del presupuesto invitó al debate del plenario. Si trajo debate otra cuestión: los festivos del 2026. Cinco o seis minutos para decidir unos festivos que, más o menos, son iguales cada año. De hecho este punto es un mero trámite en los plenos de los Ayuntamientos y, por supuesto, se lleva ya decidido de forma previa al pleno. En este caso, en Valderas se volvió a vivir una de esas curiosas imágenes, el plenario decidiendo que si el día tal de la Patrona o el de la romería.... Ésta ha sido la primera vez que los presentes oímos a los concejales.
Fue al final del pleno y tras los ‘informes de alcaldía’, en los que el nuevo alcalde Agustín Lobato explicó lo realizado en las últimas semanas y los proyectos más inminentes, cuando la oposición hizo acto de presencia. Lo primero para preguntar por la “famosa” calle de las Eras Sol (cuya urbanización reclaman sus vecinos desde hace años, pero esa es otra historia) y el señor secretario explicó que “el montante para este proyecto estaba recogido dentro del presupuesto”. Aquí está el “quiz” de la cuestión, quizá los presentes hubieran conocido este detalle en el momento en el que habría tocado debatir el pleno o si la oposición hubiera preguntado por el destino de más de un millón de euros destinado a inversión en Valderas. Pero no, solo se debatió sobre los festivos locales.
Como suele ocurrir en los ordinarios, el tema ‘ruegos y preguntas’ desde la oposición suele ser el momento más interesante. En esta ocasión volvió a repetirse así, algo francamente beneficioso para los vecinos, que así conocieron de primera mano temas como la ausencia de atracciones en las inminentes fiestas que comienzan mañana y otros aspectos relevantes.
Creo que Valderas merece un pleno en condiciones. Un órgano en el que los asistentes nos enteremos de las cuestiones relevantes del municipio en un debate constructivo para todos. Ciertamente habrá tiranteces y debates, e incluso broncas, pero un pleno es para mucho más que hablar de los días de los festivos locales. Todo en un ambiente ordenado y coordinado, lejos de las tertulias televisivas en las que todos hablan la vez. En los plenos hay orden, el secretario es el ‘árbitro’ de este juego en el que los portavoces de cada lado hablan, para algo son portavoces. En Valderas, muchas veces, el pleno acaba siendo un filandón en el que incluso participan los vecinos, no al final como ocurre en otros lados...
Es entonces cuando recuerdo alguno de los capítulos del pasado reciente de Valderas, con episodios de la vida municipal que bien podrían tener hueco en Parodia Nacional. Resuena en mi cabeza... “de aquellos barros estos lodos” . Y es que quizá sea más necesario hablar, debatir y analizar el presupuesto –vital para la vida y el futuro del municipio- que debatir unos festivos locales que, casi siempre, van a ser los mismos.
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