
El adiós de un taxista: la despedida de César del volante
En Valencia de Don Juan, César, un taxista con más de 15 años de experiencia, ha decidido dejar atrás su amada profesión. Esta decisión no es fruto del deseo ni del cansancio, sino consecuencia del alarmante incremento en los seguros que ha hecho insostenible mantener su taxi en circulación.
César no es un taxista cualquiera; es hijo de otro hombre que también dedicó su vida al volante. Desde joven, creció entre anécdotas y relatos sobre pasajeros y viajes inesperados. Durante más de una década y media, ha sido parte esencial del tejido social de su comunidad, llevando a sus vecinos a sus destinos diarios y compartiendo momentos inolvidables.
![[Img #93434]](https://leonsurdigital.com/upload/images/04_2025/8290_cymera_20250417_110542.jpg)
Su vida en el mundo del taxi comenzó en 2009, con apenas 19 años. Ahora el aumento desmesurado en los costos del seguro este año ha sido el detonante para tomar esta difícil decisión. Un seguro para taxi le supone alrededor de 5.000 euros. “No me salen las cuentas por más que lo intente” reconoce. Los costes casi se han duplicado en los últimos años, “y no vas a cobrar por ir a León 200 euros”.
“En un pueblo es muy difícil que te cuadren las cuentas cuando el taxi es la única fuente de ingreso, hay días en los que no hay ninguna carrera...”
“Es como si me arrancaran una parte de mí”, confiesa César con visible emoción. Y es que para él, cada viaje era mucho más que simplemente llevar a alguien de un punto A a un punto B; era la oportunidad de conectar con personas y ser partícipe de sus vidas por unos minutos.
Uno de los aspectos que más echará de menos será sin duda llevar a los mayores al hospital. Para César, estos trayectos eran especiales: “Ver cómo se iluminan sus rostros cuando les preguntas por sus nietos o les cuentas alguna historia graciosa… eso no tiene precio”.
![[Img #93431]](https://leonsurdigital.com/upload/images/04_2025/931_taxicesar2.jpg)
Y hablando de historias graciosas, hay una anécdota que siempre le saca una sonrisa: Una vez encontró un sujetador en el asiento trasero. Cuenta que aquel día se sintió como El Cordobés.
Está decidido a buscar nuevo rumbo en su vida, “buscaré trabajo por la zona” apunta.
A pesar del doloroso adiós al taxi, César está agradecido por todo lo vivido. Su legado como taxista permanecerá en la memoria colectiva del pueblo y en cada esquina donde alguna vez esperó pacientemente a su próximo pasajero. “Creo que habrá quien me eche en falta” comenta y añade: “Quizás deje el taxi… pero el taxi nunca me dejará a mí”.
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César no es un taxista cualquiera; es hijo de otro hombre que también dedicó su vida al volante. Desde joven, creció entre anécdotas y relatos sobre pasajeros y viajes inesperados. Durante más de una década y media, ha sido parte esencial del tejido social de su comunidad, llevando a sus vecinos a sus destinos diarios y compartiendo momentos inolvidables.
Su vida en el mundo del taxi comenzó en 2009, con apenas 19 años. Ahora el aumento desmesurado en los costos del seguro este año ha sido el detonante para tomar esta difícil decisión. Un seguro para taxi le supone alrededor de 5.000 euros. “No me salen las cuentas por más que lo intente” reconoce. Los costes casi se han duplicado en los últimos años, “y no vas a cobrar por ir a León 200 euros”.
“En un pueblo es muy difícil que te cuadren las cuentas cuando el taxi es la única fuente de ingreso, hay días en los que no hay ninguna carrera...”
“Es como si me arrancaran una parte de mí”, confiesa César con visible emoción. Y es que para él, cada viaje era mucho más que simplemente llevar a alguien de un punto A a un punto B; era la oportunidad de conectar con personas y ser partícipe de sus vidas por unos minutos.
Uno de los aspectos que más echará de menos será sin duda llevar a los mayores al hospital. Para César, estos trayectos eran especiales: “Ver cómo se iluminan sus rostros cuando les preguntas por sus nietos o les cuentas alguna historia graciosa… eso no tiene precio”.
Y hablando de historias graciosas, hay una anécdota que siempre le saca una sonrisa: Una vez encontró un sujetador en el asiento trasero. Cuenta que aquel día se sintió como El Cordobés.
Está decidido a buscar nuevo rumbo en su vida, “buscaré trabajo por la zona” apunta.
A pesar del doloroso adiós al taxi, César está agradecido por todo lo vivido. Su legado como taxista permanecerá en la memoria colectiva del pueblo y en cada esquina donde alguna vez esperó pacientemente a su próximo pasajero. “Creo que habrá quien me eche en falta” comenta y añade: “Quizás deje el taxi… pero el taxi nunca me dejará a mí”.
Miguel | Viernes, 18 de Abril de 2025 a las 08:06:39 horas
Si realmente la noticia es tal y como la cuentan, me parece una aberración y aberrante también es que los políticos que están al frente se queden de brazos cruzados y no hagan absolutamente adaptado por dar solución.
Gracias
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