El curioso origen de las chapas de Semana Santa

Las chapas son un juego típico de la Semana Santa de algunas zonas de Castilla y León.  Cuentan que el origen de este juego tiene origen romano. Un juego que rememoran el momento en el que los soldados romanos se jugaron la Túnica de Sagrada a cara o cruz -también se dice lis-.

No valen unas monedas cualquiera. Tienen que ser dos "perras gordas" (esas monedas de 10 céntimos de la época de Alfonso XIII). Las monedas tienen un aspa o cruz pintada en su reverso.

Es un juego totalmente regulado. Por eso se conceden licencias, no se puede jugar a las chapas en cualquier lugar. Es un juego en el que se apuesta dinero (solo metálico). La metódica del juego es muy sencilla,   se lanzan dos monedas al aire con la posibilidad de que salgan dos cruces o dos caras, si salen cara y cruz no gana nadie y se reparte lo jugado.

Se juega en un corro y los jugadores se colocan en círculo. Figura imprescindible es el 'baratero' que organiza el juego y hace también de animador.  Tirar las chapas resulta todo un arte, no siempre es fácil. Hay que tener cuidado que no se toque el techo para que la tirada no sea anulada.

En las chapas no hay límite de dinero ni de tiempo. Es curiosa la costumbre de depositarse el dinero en el suelo. Señalar que el juego de las chapas estuvo prohibido durante la dictadura, aunque se jugaba de forma clandestina.

Todos los pueblos hay leyendas de grandes apuestas y anécdotas, en alguno cuenta que incluso algún jugador llegó apostar a la mujer y a la suegra.