
Pionera
Antonia Cid, la leonesa que denunció a su marido en 1879
Era vecina de Villademor de la Vega y denunció a su marido por una paliza. Logró que el juez le arrestara 5 días. Se cree que posteriormente fue asesinada
Eran otros tiempos donde la mujer estaba totalmente sometida. Corría 1879 y Antonia, una mujer de Villademor de la Vega se atrevió a denunciar a su marido por violencia machista.
El nombre de Antonia Cid fue descubierto por Julen Ugidos, un villamorejo que rastreba su árbol genealógico cuando encontró la terrible historia de Antonia. Su historia aparecía en un legajo de un juicio de faltas de 1879 por la paliza que le dio su marido, Santiago Alonso que fue condenado a cinco días de arresto.
![[Img #87859]](https://leonsurdigital.com/upload/images/11_2024/1126_captura-de-pantalla-2024-11-25-010410.png)
Este es el primer caso conocido por violencia de género en Castilla y León. En tiempos en los que era inimaginable, una mujer se atrevió a denunciar el maltrato y reclamó justicia.
Antonia Cid nacio en 1836 en Villademor de la Vega. Estaba casada con un hombre respestado en el pueblo. La paliza que le propinó su marido llegó a romperle el tímpano a golpes, quedó sorda de un oído.
El juicio tuvo lugar el 9 de diciembre de 1878 en la casa consistorial de Villademor de la Vega. Antonia Cid era una mujer adelantada a su tiempo. Fue madre soltera, enviudó y perdió a sus dos hijos antes de casarse con Santiago Alonso, también viudo y casado en terceras nupcias con Antonia en 1875. El 6 de octubre de 1878 Santiago propinó una monumental paliza a Antonia, ella no se cayó y se atrevió a denunciar. Contó con dos testigos, Francisco Chamorro y Francisca Mateos afirmaron que Santiago dio un bofetón a su mujer "banándola en la cara de sangre y tirándola con el golpe en tierra". El médico también confirmó que fue atendida por las lesiones sufridas durante cuatro días.
El 20 de enero de 1879 tuvo lugar una segunda sesión en la que el fiscal solicitó arresto de doce días para Santiago Alonso. El juez de Villademor de la Vega dictaminó el 21 de enero de 1879 cinco días de arresto.
Después de esta fecha no vuelve a haber constancia de Antonia, posiblemente pagó con su vida la osadía de haber denunciado a su marido. Antonia había muerto en la partida de defunción de Santiago Alonso en la que se recoge que es viudo de Antonia Cid.
El libro Ahogada en el silencio. Biografía de Antonia Cid , de Julen Ugidos recoge la historia de Antonia. También se atreve a dar el triste final a la existencia de Antonia. En el epílogo Ugidos deja entrever que pudo ser asesinada y que su cuerpo sería el de una mujer ahogada en el Canal del Esla "junto al puente de hierro" en octubre de 1888. El cadáver recibió sepultura sin ser reconocido, pero las características coiniciden. Mujer de unos 55 años de edad, color tigueño, ojos castaños y hasta una herida que podría corresponder con la que se notificó durante el juicio. Según se recoge en la documentación, la mujer murió por asfixia por inmersión en el canal. ¿Murió o se suicidó? Nunca se sabrá lo ocurrido en esta historia de maltrato.
Eran otros tiempos donde la mujer estaba totalmente sometida. Corría 1879 y Antonia, una mujer de Villademor de la Vega se atrevió a denunciar a su marido por violencia machista.
El nombre de Antonia Cid fue descubierto por Julen Ugidos, un villamorejo que rastreba su árbol genealógico cuando encontró la terrible historia de Antonia. Su historia aparecía en un legajo de un juicio de faltas de 1879 por la paliza que le dio su marido, Santiago Alonso que fue condenado a cinco días de arresto.
Este es el primer caso conocido por violencia de género en Castilla y León. En tiempos en los que era inimaginable, una mujer se atrevió a denunciar el maltrato y reclamó justicia.
Antonia Cid nacio en 1836 en Villademor de la Vega. Estaba casada con un hombre respestado en el pueblo. La paliza que le propinó su marido llegó a romperle el tímpano a golpes, quedó sorda de un oído.
El juicio tuvo lugar el 9 de diciembre de 1878 en la casa consistorial de Villademor de la Vega. Antonia Cid era una mujer adelantada a su tiempo. Fue madre soltera, enviudó y perdió a sus dos hijos antes de casarse con Santiago Alonso, también viudo y casado en terceras nupcias con Antonia en 1875. El 6 de octubre de 1878 Santiago propinó una monumental paliza a Antonia, ella no se cayó y se atrevió a denunciar. Contó con dos testigos, Francisco Chamorro y Francisca Mateos afirmaron que Santiago dio un bofetón a su mujer "banándola en la cara de sangre y tirándola con el golpe en tierra". El médico también confirmó que fue atendida por las lesiones sufridas durante cuatro días.
El 20 de enero de 1879 tuvo lugar una segunda sesión en la que el fiscal solicitó arresto de doce días para Santiago Alonso. El juez de Villademor de la Vega dictaminó el 21 de enero de 1879 cinco días de arresto.
Después de esta fecha no vuelve a haber constancia de Antonia, posiblemente pagó con su vida la osadía de haber denunciado a su marido. Antonia había muerto en la partida de defunción de Santiago Alonso en la que se recoge que es viudo de Antonia Cid.
El libro Ahogada en el silencio. Biografía de Antonia Cid , de Julen Ugidos recoge la historia de Antonia. También se atreve a dar el triste final a la existencia de Antonia. En el epílogo Ugidos deja entrever que pudo ser asesinada y que su cuerpo sería el de una mujer ahogada en el Canal del Esla "junto al puente de hierro" en octubre de 1888. El cadáver recibió sepultura sin ser reconocido, pero las características coiniciden. Mujer de unos 55 años de edad, color tigueño, ojos castaños y hasta una herida que podría corresponder con la que se notificó durante el juicio. Según se recoge en la documentación, la mujer murió por asfixia por inmersión en el canal. ¿Murió o se suicidó? Nunca se sabrá lo ocurrido en esta historia de maltrato.
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