San Marcos, con pan y queso para todos

Villamañán celebró ayer fiesta. Por San Marcos va de romería y lo hace paradójicamente a la ermita de San Pedro Arenales. Una romería marcada por las viandas que se reparten después de la iglesia, pan y queso. Y es que en Villamañán no hay San Marcos en el que no se saboree pan y queso.

El Ayuntamiento de Villamañán celebró la fiesta como manda la tradición. Tras la celebración religiosa tuvo lugar el tradicional reparto de pan y queso que se presenta en unos grandes bocadillos. Mosto, vino y agua acompañaron las típicas viandas. 

Centenares de personas participaron en esta fiesta que se desarrolla alrededor de la ermita que está entre Villamañán y Villacé. Los grupos de amigos y familias se reúnen para saborear las viandas -muchas veces acompañadas de otros manjares- en una jornada campestre de confraternización.

San Marcos suele hacer honor al refrán, 'San Marcos, el rey de los charcos' y, en ocasiones, llueve. Pero en esta ocasión el tiempo fue benévolo y la celebración transcurrió con normalidad. A la fiesta, como no pudo ser de otro modo, tampoco le faltó el toque de música tradicional.

Por la tarde la fiesta continuó ya en el pueblo con una representación teatral a cargo del grupo local Zarandajas que volvió a llenar una vez la Casa de Cultura.

Una tradición de siempre

La romería siempre se ha celebrado en San Marcos, a pesar de que no hay "santo". Lo curioso del asunto es que la fiesta en honor a San Marcos se lleva a cabo en la ermita de San Pedro Arenales. Antiguamente se llegaba a pie desde los diferentes caminos provenientes desde Villamañán y Villacé que compartían la fiesta. De hecho, durante años la organización de la fiesta cada año correspondía a una localidad.

No se conoce el origen de la romería que encaja dentro de las fiestas de rogativa que se celebran durante estas fechas. El fin es pedir por el campo, el año que hace falta agua se pide agua y cuando se quiere evitar tormentas se pide por ello.