No todo vale

Ayer por la tarde el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez sacudía el panorama político con una carta a la ciudadanía, mostrando su hartazgo por que los legítimos choques políticos se hayan transformado en ataques personales hacia su mujer.

Menos de 12 horas después, la organización autodenominada “sindicato Manos limpias”, autora de la dudosa y vergonzante denuncia contra la mujer del Presidente (que ha cogido al vuelo cierto juez de Madrid, como momento de gloria de su carrera judicial), reconoce sin tapujos que su denuncia puede estar basada en noticias falsas. ¿Este tipo de actuaciones realizadas a sabiendas con mala fe no deberían tener alguna consecuencia? Vale que la justicia sea accesible para todos los ciudadanos, pero una cosa es hacer uso de un derecho, y otra cosa prostituirlo a tu antojo y para perseguir tus propios intereses, como tiende a hacer la derecha a todos los niveles.

“Son cosas de las altas esferas de la política”, pensarán algunos. Embarrar lo político con los asuntos personales, qué barbaridad, ¿no? Este que escribe, concejal de la oposición en un Ayuntamiento de apenas 400 habitantes, ha soportado los últimos cuatro años todo tipo de amenazas de denuncia por parte del Equipo de Gobierno del PP, únicamente por desarrollar escrupulosamente su labor de oposición. En radio, contabilizadas hasta 9 denuncias cacareadas sin argumentos por el portavoz municipal. Las que van llegando (menos de la mitad), cuyos gastos cargan al Ayuntamiento y pagan con el dinero de todos los vecinos, dan tanta vergüenza ajena como la que ayer se admitió contra la mujer del Presidente del Gobierno. ¿De verdad que para algunos puede valer todo con la excusa de “hacer política”? Por cierto, denuncias tan infundadas que hasta el abogado que contratan con cargo al Ayuntamiento tiene dificultades para defenderlas. Y así se van archivando una tras otra.

Como reza cierto dicho, miente que algo queda. Y algunos ese mandamiento lo llevan escrito en la frente, y ya no sabes cuándo mienten a sabiendas, y cuándo se creen sus propias mentiras, y las extienden a los vecinos.

Hasta ahí algunos podrían defender que se trata de “contienda política”. Aunque otros lo vemos más “vergüenza política”. La cuestión es cuando la rabia les lleva a traspasar la línea de la vida personal. Y tienes que soportar, por ejemplo, que la secretaria municipal, apoyada por los concejales del PP, se niegue a inscribir a tu hija recién nacida en el registro civil durante dos semanas. O que el nombre de tu hija y tu mujer se incluyan en numerosas actas de los plenos, y en escritos de venganza buzoneados a todos los vecinos, con el sobre y sello del Ayuntamiento, gobernado por el PP. Y se cuelguen en tablones de anuncios de nuestro consistorio y hasta del municipio vecino, con la connivencia de los gobernantes… del PP. Política de mierda, literal, cuando la casa de tus padres es atacada con excrementos una Nochebuena.

Creo que como sociedad no nos podemos permitir que todo valga. Y si una parte de la sociedad entiende que sí, y una parte de la clase política así lo ejecuta como fiel reflejo de la anterior, nos exponemos a tal degradación de la vida pública en la que solo los mediocres, pero profesionales de la mentira y la traición, gobernarán nuestras instituciones. Expulsando de manera natural a aquellos que realmente estamos dispuestos a trabajar por lo común. Pero con la conciencia tranquila.

Néstor Fernández Cabañas. Concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Pozuelo del Páramo. Miembro del Comité Provincial del PSOE de León.