Grietas vivas y tres millones de litros de agua `"esfumada"

Los bomberos del SEPEIS de Diputación de León con sede en Valencia de Don Juan han estado hoy comprobando el estado de las casas desalojadas en Valderas tras el derrumbe de la semana pasada de parte de un inmueble. La situación ha empeorado y así se lo han explicado los propios bomberos a los vecinos que estaban en el lugar.

A pesar de que 'exteriormente' no parece que esté mucho peor la situación lo cierto es que en algunos inmuebles las grietas son mayores, hasta tal punto que se observan a simple vista y no son necesarios ni los testigos colocados. "Son grietas vivas" indicaron los bomberos para aclarar que están creciendo.

Aunque el mayor temor continúa siendo la situación de las bodegas. Una de las bodegas estaba inundada y hoy no hay agua. Se trata de la casa colindante a la que se cayó que se había inundado en cuestión de horas por el agua de una tubería que rompió -según se cree- al producirse el derrumbre. Hoy los bomberos han podido acceder a ella y han comprobado que está seca pero que hay parte de la bodega que se ha derrumbado, lo que provoca una gran inestabilidad en el inmueble. "No hay agua" han afirmado los bomberos que calculan que habría unos 3 millones de litros de agua. 

Los bomberos comprobaron también el estado de dos viviendas desalojadas pero que no presentan riesgo de derrumbe. Son las casas que están más al extremo de la acera, ambas bodegas y ambas viviendas, en principio, no presentan daños aunque continúan desalojadas.

Peor pronóstico tiene la vivienda de la primera familia desalojada, la de Jose -conocido como El Chino-. Aquí las griestas avanzan. No se pudo comprobar el estado de otras viviendas al no contar con el acceso para ello.

En la revisión de la zona comprobaron también la zona derruida y la inestabilidad existente en la calle. Es la travesía de atrás de la plaza Mayor, aquí el riesgo es máximo ya que la situación es muy inestable. Un gran socavón en la calle, que se extiende incluso por debajo de alguna puerta a lo que parece un patio, parece un pozo a punto de "tragar".

Ese efecto 'dominó' al que temen los valderenses y por el que tantas casas se han caído. La maldición de las bodegas acecha la tranquilidad del pueblo. 

"¿Dónde ha ido el agua?" se preguntan ahora los vecinos. Dudas ante si habrá filtrado hacia otra bodega o quizá hacía ese río subterráneo que algunas voces indican que podría existir. Aquí el riesgo es doble, ya que si ha filtrado hacia alguna bodega de las muchas que existen -tapadas y sin tapar- bajo el suelo valderense puede crear nuevos problemas, y si ha corrido hacía alguna corriente demostraría el hecho de la inestabilidad de casco histórico de Valderas. El gran problema es que muchas bodegas se taparon en su día pero no se hicieron correctamente, bloqueando solo el acceso, convirtiéndose en un peligro subterráneo.