La saturación de agua del subsuelo de Valderas, posible diagnóstico del mal que afecta a Valderas
![[Img #77567]](https://leonsurdigital.com/upload/images/03_2024/8919_sub3.jpg)
Acostumbrados a entender como riesgo natural un desprendimiento de montaña, un alud o un terremoto, cuesta entender que en plena llanura puedan acontecer esos hechos, pero sí, en Valderas hay un riesgo que pudo terminar en desgracia, el hundimiento del caserío y de los espacios públicos.
El hundimiento del suelo es un peligro, no es un riesgo en sí mismo, pues depende de qué haya encima. Continuamente hay hundimientos en la superficie, pero para ser un riesgo tiene que haber una exposición al peligro, en el caso de Valderas lo hay con la presencia de infraestructuras, viviendas, bienes culturales, etc. Esa combinación de peligro y exposición constituye un riesgo, porque entra en juego la vulnerabilidad, que es el efecto previsible que generará en este caso el hundimiento, que como imaginan pueden ser no solo pérdidas materiales, sino humanas. Las actuaciones requerirán de una solución global, y si otras de menor calado en Valderas no se solucionan, como la consolidación de las ruinas de Los Castillos, abordar el hundimiento del caserío seguirá el mismo camino.
![[Img #77568]](https://leonsurdigital.com/upload/images/03_2024/8329_sub1.jpg)
A la pregunta de qué sucede en el subsuelo de Valderas, el geógrafo y profesor en la UNED Ramón Pellitero nos apunta hacia la presencia de un suelo saturado por el que el agua circula de manera subterránea. Los materiales sedimentarios del subsuelo (arenas, limos y arcillas) son arrastrados por el agua aprovechando grietas, y sobre todo, las bodegas que están debajo de las casas. Ante el avance del proceso se produce el colapso del subsuelo y tienen lugar los hundimientos. “Si hay una fuente de agua continua, bodegas abandonadas y el peso de edificaciones sobre las mismas, tienes todo lo necesario para que ocurra” según palabras de Ramón Pellitero.
Las bodegas subterráneas tradicionalmente tenían por debajo, a mayor profundidad, la zona de saturación subterránea, un terreno con elevado contenido de agua (numerosas bodegas tenían pozo, pero la bodega permanecía sana). Por lo tanto, la zona en la que se encuentran las bodegas, anteriormente seca y sana, se ve cada vez más saturada de agua desde hace décadas, es decir, las bodegas entran ya en la zona de saturación que señalábamos y colapsan. Sin estudios detallados, las causas que se señalen son meras hipótesis:
- El sellado de fuentes (como el que existió en la Plaza Mayor y en la parte baja de la calle San Isidro) y el abandono de manantiales (en las cuestas) reduce la capacidad de descarga de las aguas subterráneas, y por lo tanto, el agua se acumula.
- Las fugas de aguas residuales de la red de alcantarillado, aunque también de la red de abastecimiento de agua potable, recargan las aguas subterráneas, y por lo tanto, el agua se sigue acumulando.
- Los pavimentos impermeables de los espacios públicos impide la aireación del suelo y la descarga de agua, alterando su ciclo natural.
- Las deficiencias en el estado de las vías públicas, el paso de cargas elevadas por encima de las bodegas o la presencia de determinadas actividades en su entorno favorecen la desestabilización de la cavidad.
- El deficiente solado de algunas parcelas urbanas. Los solares resultantes de una demolición de vivienda, con bodega subterránea quedan desnudos y por ellos y las zarceras percola el agua y se acelera el proceso de hundimiento.
El fenómeno del hundimiento de bodegas es muy frecuente, pues los mismos condicionantes anteriormente descritos se dan en muchos pueblos, algunos ejemplos conocidos son Hontangas (Burgos), El Perdigón (Zamora), Quintana de Raneros (León), Fuentespina (Burgos) o Sotillo de la Ribera (Burgos). Lo que hace que el caso de Valderas requiera especial atención es el elevado grado de exposición de sus vecinos al peligro de hundimiento.
La situación es de gran complejidad, pues ahora quizás peritos y técnicos tienen que determinar responsabilidades, y el procedimiento requerirá de informes o pruebas que acrediten la causa de los daños. ¿Es imputable al funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos como por ejemplo las fugas del alcantarillado, haber tapado las fuentes o haber puesto los actuales pavimentos? Difícilmente, ¿qué es probable que digan los informes?, que proviene del mal estado de las bodegas. Pero ¿de verdad tiene responsabilidad de ello el propietario de la bodega que aunque no se haga vino en ellas las han seguido cuidando? La solución a corto plazo para muchos, si económicamente es viable, pasa por hormigonar las bodegas, pero la saturación del subsuelo seguirá, y aunque hormigonemos todas las bodegas el otro riesgo del que poco se habla seguirá existiendo: el deslizamiento de la ladera de los Miradores-Malpique. Ante la falta de estudios solo se puede señalar, a modo de hipótesis de nuevo, que el progresivo humedecimiento de la superficie del talud por las lluvias, la conocida subida del nivel de agua subterránea y el probable humedecimiento del contacto de capas pueden generar un deslizamiento en ese sector. Tenemos ahora por lo tanto dos riesgos: el hundimiento del subsuelo y el deslizamiento de ladera, que pueden estar relacionados por la saturación del subsuelo.
![[Img #77566]](https://leonsurdigital.com/upload/images/03_2024/739_sub2.jpg)
Son muchas las incertidumbres, por ello, es importante que equipos especializados de geotécnicos, junto al compromiso de organismos públicos supramunicipales, logren dar luz a un problema de interés general y permitan avanzar hacia la minimización de los riesgos señalados.
![[Img #77567]](https://leonsurdigital.com/upload/images/03_2024/8919_sub3.jpg)
Acostumbrados a entender como riesgo natural un desprendimiento de montaña, un alud o un terremoto, cuesta entender que en plena llanura puedan acontecer esos hechos, pero sí, en Valderas hay un riesgo que pudo terminar en desgracia, el hundimiento del caserío y de los espacios públicos.
El hundimiento del suelo es un peligro, no es un riesgo en sí mismo, pues depende de qué haya encima. Continuamente hay hundimientos en la superficie, pero para ser un riesgo tiene que haber una exposición al peligro, en el caso de Valderas lo hay con la presencia de infraestructuras, viviendas, bienes culturales, etc. Esa combinación de peligro y exposición constituye un riesgo, porque entra en juego la vulnerabilidad, que es el efecto previsible que generará en este caso el hundimiento, que como imaginan pueden ser no solo pérdidas materiales, sino humanas. Las actuaciones requerirán de una solución global, y si otras de menor calado en Valderas no se solucionan, como la consolidación de las ruinas de Los Castillos, abordar el hundimiento del caserío seguirá el mismo camino.
![[Img #77568]](https://leonsurdigital.com/upload/images/03_2024/8329_sub1.jpg)
A la pregunta de qué sucede en el subsuelo de Valderas, el geógrafo y profesor en la UNED Ramón Pellitero nos apunta hacia la presencia de un suelo saturado por el que el agua circula de manera subterránea. Los materiales sedimentarios del subsuelo (arenas, limos y arcillas) son arrastrados por el agua aprovechando grietas, y sobre todo, las bodegas que están debajo de las casas. Ante el avance del proceso se produce el colapso del subsuelo y tienen lugar los hundimientos. “Si hay una fuente de agua continua, bodegas abandonadas y el peso de edificaciones sobre las mismas, tienes todo lo necesario para que ocurra” según palabras de Ramón Pellitero.
Las bodegas subterráneas tradicionalmente tenían por debajo, a mayor profundidad, la zona de saturación subterránea, un terreno con elevado contenido de agua (numerosas bodegas tenían pozo, pero la bodega permanecía sana). Por lo tanto, la zona en la que se encuentran las bodegas, anteriormente seca y sana, se ve cada vez más saturada de agua desde hace décadas, es decir, las bodegas entran ya en la zona de saturación que señalábamos y colapsan. Sin estudios detallados, las causas que se señalen son meras hipótesis:
- El sellado de fuentes (como el que existió en la Plaza Mayor y en la parte baja de la calle San Isidro) y el abandono de manantiales (en las cuestas) reduce la capacidad de descarga de las aguas subterráneas, y por lo tanto, el agua se acumula.
- Las fugas de aguas residuales de la red de alcantarillado, aunque también de la red de abastecimiento de agua potable, recargan las aguas subterráneas, y por lo tanto, el agua se sigue acumulando.
- Los pavimentos impermeables de los espacios públicos impide la aireación del suelo y la descarga de agua, alterando su ciclo natural.
- Las deficiencias en el estado de las vías públicas, el paso de cargas elevadas por encima de las bodegas o la presencia de determinadas actividades en su entorno favorecen la desestabilización de la cavidad.
- El deficiente solado de algunas parcelas urbanas. Los solares resultantes de una demolición de vivienda, con bodega subterránea quedan desnudos y por ellos y las zarceras percola el agua y se acelera el proceso de hundimiento.
El fenómeno del hundimiento de bodegas es muy frecuente, pues los mismos condicionantes anteriormente descritos se dan en muchos pueblos, algunos ejemplos conocidos son Hontangas (Burgos), El Perdigón (Zamora), Quintana de Raneros (León), Fuentespina (Burgos) o Sotillo de la Ribera (Burgos). Lo que hace que el caso de Valderas requiera especial atención es el elevado grado de exposición de sus vecinos al peligro de hundimiento.
La situación es de gran complejidad, pues ahora quizás peritos y técnicos tienen que determinar responsabilidades, y el procedimiento requerirá de informes o pruebas que acrediten la causa de los daños. ¿Es imputable al funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos como por ejemplo las fugas del alcantarillado, haber tapado las fuentes o haber puesto los actuales pavimentos? Difícilmente, ¿qué es probable que digan los informes?, que proviene del mal estado de las bodegas. Pero ¿de verdad tiene responsabilidad de ello el propietario de la bodega que aunque no se haga vino en ellas las han seguido cuidando? La solución a corto plazo para muchos, si económicamente es viable, pasa por hormigonar las bodegas, pero la saturación del subsuelo seguirá, y aunque hormigonemos todas las bodegas el otro riesgo del que poco se habla seguirá existiendo: el deslizamiento de la ladera de los Miradores-Malpique. Ante la falta de estudios solo se puede señalar, a modo de hipótesis de nuevo, que el progresivo humedecimiento de la superficie del talud por las lluvias, la conocida subida del nivel de agua subterránea y el probable humedecimiento del contacto de capas pueden generar un deslizamiento en ese sector. Tenemos ahora por lo tanto dos riesgos: el hundimiento del subsuelo y el deslizamiento de ladera, que pueden estar relacionados por la saturación del subsuelo.
![[Img #77566]](https://leonsurdigital.com/upload/images/03_2024/739_sub2.jpg)
Son muchas las incertidumbres, por ello, es importante que equipos especializados de geotécnicos, junto al compromiso de organismos públicos supramunicipales, logren dar luz a un problema de interés general y permitan avanzar hacia la minimización de los riesgos señalados.

































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