Volver a la 'tierrina' después de conquistar el mundo a pedales

Como un héroe. Así fue recibido Lucas Álvarez Canga fue recibido en Valderas este miércoles tras finalizar una de las últimas etapas antes de llegar a Oviedo. Este joven ovetense ha recorrido el mundo a golpe de pedal y eligió hacer parada en Valderas, de donde desciende, en una aventura que se ha convertido en todo un camino espiritual.

Lucas ha recorrido el mundo en un viaje que le ha abierto los ojos y, aún si cabe más, la mente. Reconoce que lo que comenzó como un reto personal se ha convertido en todo un viaje espiritual. Ahora que quedan pocos días para llegar a su destino -llegará el domingo a Oviedo etapa final del recorrido- asegura que tiene muchas ganas de seguir viajando y de conocer cosas pero por España. "Viajar por todo el mundo me ha hecho darme cuenta de la cantidad de cosas que tenemos en nuestro país y que no conozco y que me gustaría conocer ya sea con la bicicleta o como turista".

Este joven ovetense con un curriculum fuera de lo normal  (habla 5 idicomas y tiene conocimientos básicos de otros 3, filósofo, pianista...) es un apasionado del deporte. Cinturón negro de judo, un enamorado de la bicicleta, ha llegado incluso a participar en ironman. El reto comenzó viendo otras aventuras, en aquel momento pensó '¿y por qué yo no?' Primero fueron rutas y retos 'cortos' por la península, luego consiguió liberar cinco meses de trabajo para comenzar una extraordinaria aventura por el mundo que le ha llevado a través de 15 países y 14.000 kilómetros. 

'¿y por qué yo no?' se preguntaba Lucas viendo las aventuras de otros ciclistas

Ha viajado a golpe de pedal por medio mundo, ha conocido multitud de personas por todo el mundo, se ha alojado en casas de otros ciclistas a los que ha ido conociendo en grupos mundiales de ciclistas... y ha tenido mucha suerte reconoce. Entre tanta anécdota -que han sido tantas que no recuerda- asegura que "siempre que he pinchado había una tienda de bicis cerca".

Aunque afirma que el tiempo ha sido su peor enemigo, "me ha llovido tres días seguidos en un desierto donde nunca llueve" afirma entre risas. Sin duda, "lo peor ha sido la lluvia" indica, "no hay modo de secar la ropa para el día siguiente si sigue lloviendo" .

Ha ido ligero de equipaje -todo lo lleva en su bici- y aún así y todo ha ido dejando lastre por el camino en esta aventura que se ha convertido en un auténtico viaje a su interior. "He pasado mucho tiempo solo y se ha convertido en un auténtico viaje a mi interior".

Ha cruzado Europa por Francia, Suiza, Austria, Alemania, Hungria, Serbia, Grecia y Turquía. De allí voló hasta Canadá, donde tuvo que cambiar sus planes por los incendios forestales, se dirigió a EEUU atravesando el Gran Cañón y otros parajes únicos, cruzó Washington y Nueva York. Desde la Gran Manzana cogió un vuelo para volar a Japón, país que recorrió durante 25 días, y llegó a Vietnam. Desde allí voló a Madrid donde llegó el viernes.

Con una anécdota cada día  y a punto de acabar su periplo mundial la emoción de llegar a Valderas, la tierrina de su familia, ayer fue mayúscula. No hay nada como volver a casa.

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