R. Meléndez
Lunes, 06 de Noviembre de 2023

Sin Pery no comenzaba nada

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Escribo cada día, pero hoy cuesta más. A veces las palabras faltan y para mí hoy es un día de esos. Pery Lechuga se ha ido y un montón de recuerdos y anécdotas se me amontonan en la cabeza. Precisamente este domingo revisando la hemeroteca allí lo vi con una capa recuperando tradición, sonreí y pensé "no hay otro como é", no sabía en aquel momento lo que estaba a punto de ocurrir.  Pery era único.

 

Desde pequeña lo recuerdo,  en los días de fiesta y celebración siempre estaba Pery. “El del periódico” decían en mi pueblo. Cuando venía, salíamos en ese periódico que “hacía importante” nuestra fiesta o celebración porque gracias a Pery salíamos -con foto- en el periódico. No había fiesta ni evento que se preciara que no contara con la presencia de Pery, algo que con el tiempo comprendí que ocurría en todo el Sur de León. Con el tiempo entendí que si no llegaba Pery el evento no comenzaba, así era él.

 

Andaluz, aunque nadie lo diría porque destilaba amor por Coyanza por los cuatro costados. Su trabajo como pintor le llevó a Valencia de Don Juan donde se enamoró de la tierra y de una coyantina. En Valencia de Don Juan formó una familia y desarrolló múltiples actividades y una intensa vida social.

 

Era pintor de profesión, persona autodidacta y con la mente abierta y avanzada, pronto se convirtió en una persona destacada de la sociedad coyantina. Pery lo fue todo y cuando digo todo, lo digo todo. Pocos palos no tocó Pery. El mundo de las motos, los toros, hostelero, empresario y, por supuesto, corresponsal. Pery fue socio fundador de la asociación comercial Asemco, también fue concejal en el Ayuntamiento de Valencia de Don Juan, miembro de la Coral Coyantina y voluntario de Cruz Roja, entre otras muchas actividades -seguro que alguna se me queda en el tintero-.

 

A Pery nada se le ponía nada por delante. Por ello, cuando en Valencia de Don Juan se proyectó la instalación de una central nuclear fue una de las personas que promovieron el movimiento contra ella. Por aquella época comenzaron sus trabajos como corresponsal, empezó allí y continuó décadas “contando” lo que pasaba por las tierras del Sur de León. Eran épocas en las que no había internet ni cámaras digitales. “Los textos se dictaban por teléfono y el carrete se mandaba por autobús” me explicaba entre risas cuando se asombraba cómo "ha cambiado esto de la información". Era corresponsal, de esos que gustan "pisar el territorio" para conocer de primera mano los hechos o sacar la información. 

 

Contar las cosas siempre le fue en el ADN.  De hecho, dos de sus hijos siguieron sus pasos, algo habrá tenido que ver Pery en ello. 

 

Hoy el mundo del periodismo está de luto, se ha ido una de esas figuras inolvidables que marcaron una época. Escribo estas líneas con una inmensa pena, pero con orgullo de haber conocido y tener como amigo a uno de los personajes más influyentes de la sociedad coyantina del siglo XX y XXI porque Valencia de Don Juan, su comarca y todo el Sur de León fueron “visibles” durante años gracias a la labor y el trabajo de Pery como corresponsal. Pery se ha ido, pero su leyenda sigue viva… hasta siempre Pery, allá donde estés seguro que estás con tu guitarra, que te acompañaba a toda fiesta, dejando tu huella imborrable.

 

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