“Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo; y si vuelve a llover, vuélvetelo a poner”

Se trata de uno de los dichos populares que, posiblemente más pronunciamos y repetimos durante el mes de mayo, sobre todo por las generaciones más mayores. Con él se quiere advertir que el tiempo frío y las temperaturas inestables de la primavera se alarga hasta pasada la primera semana de junio, aconsejando no desprenderse ni guardar todavía las ropas de abrigo (lo que comúnmente se llama ‘cambio de armario’) debido a que, a pesar de que parezca que ya ha llegado el buen tiempo y los días de calor, todavía tienen que venir jornadas en las que refrescará (sobre todo por la noche y primera horas del día) en el Sur de León.

El 40 de mayo cae en el 9 de junio, teniendo en cuenta que el mes de mayo tiene 31 días. Pero, evidentemente, esa advertencia meteorológica no es exacta y no quiere decir que a partir del día 10 de junio entre el calor y ya se pueda ir desabrigado. Hay que tomarlo como un consejo el cual, dependiendo de muchos factores, puede no acertar y más en los últimos años en los que el cambio climático ha provocado que hayan aumentado varios grados las temperaturas y se produzcan ‘olas de calor’ en épocas del año en las que no les corresponde.

A tan sólo doce días de comenzar el verano podemos ir quitándonos la ropa de abrigo, pero no nos podemos olvidar que  en el Sur de León hemos conocido noches de San Juan  en las que hemos tenido que salir abrigados  por las bajas temperaturas llegada la noche.

Sobre el origen del refrán, cabe destacar que éste ya se pronunciaba oralmente hace varios siglos atrás. La primera referencia escrita aparece en 1896 en el libro «Los refranes del almanaque» (página 108) del folclorista sevillano Francisco Rodríguez Marín, en la siguiente forma:

“Hasta el cuarenta de mayo
no te quites el sayo;
Y si vuelve a llover,
vuélvetelo a poner”