El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha dado inicio a la campaña ‘Mediterraneamos’ con el objetivo de promocionar la Dieta Mediterránea entre los jóvenes (de entre 13 y 16 años) y dar a conocer sus efectos beneficiosos dentro de una dieta equilibrada, además de despertar su interés por la cocina. Hay que recordar en este sentido, que la Dieta Mediterránea, declarada por la Unesco Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, tiene un marcado origen Leonés, según el historiador Matías Díez Alonso, que sitúa el origen de tan valorado estilo de vida en la villa de Sahagún.
Así, dentro de la campaña, se está desarrollando un concurso online en el que los escolares pueden participar elaborando sus propias recetas en las que se utilicen ingredientes de la Dieta Mediterránea para luego darlas a conocer a través de un rap.
Los trabajos pueden presentarse hasta el 29 de noviembre a través de la página web
www.mediterraneamos.com. El grupo ganador grabará su vídeo junto con el cantante Rush Smith y será publicado en su canal de Youtube. El centro educativo recibirá un cheque de 500 euros destinado a la organización de actividades educativas o a la compra de material escolar.
Los datos
En cuanto a la teoría de que la Dieta Mediterránea naciese en Sahagún, Matías Díez tiene claro que la historia ha dejado pruebas muy claras del nacimiento de este patrón dietético que hunde sus raíces en el Monasterio de San Benito de Sahagún, en la primera década del siglo XII. Cuenta Matías Díez, tomando de referencia a Escalona en su ‘Historia del Monasterio de Sahagún’, que en tiempos del rey aragonés Alfonso I el Batallador, segundo marido de Doña Urraca, –la graliarense y leonesa–, se escogió como gestor del cenobio sahagunino a “un monje mancebo, presto a toda obediencia, afectado por humildad, ennoblecido por castidad, dotado de letras, prudente en las cosas eclesiásticas é en los negocios seglares, sabio é discreto (...) de noble generación, manso é benigno, llamado Domingo”.
El abad Domingo cuidó con admirable celo la dieta de sus vasallos sahagunenses, para que no padeciesen cardiopatía isquémica y les obligaba a no comer carne bajo penas espirituales. “Así mataba dos pájaros de un tiro. Prevenía a sus vasallos de enfermedades cardiovasculares y podía vender fácilmente todo el pescado que producían las piscifactorías monacales de La Lampreana, en tierras zamoranas, la pesca del río Cea y Araduey”. Añade el historiador, como dato curioso, que con los habitantes de la vecina villa de Grajal de Campos “tuvo constantes pleitos por la pesca en el Araduey porque los barbos y las anguilas del Araduey eran famosos. El monasterio quiso acaparar toda la producción para alimentar a los de Sahagún y evitar la ingesta de carne. Surgieron broncas, amenazas y peleas. Del mismo modo ocurrió con los cangrejos”.
La dieta impuesta por el abad a la comarca de Sahagún se fundamentaba en los famosos puerros del monasterio, los pimientos, frutas, las berzas, los ajos del cenobio, los pepinos y demás verduras. “No es de extrañar que muchos monjes alcanzasen edades próximas al siglo”. “Según la tradición y, en cierta medida, la historia, al abad Domingo hay que tenerlo por creador de la dieta mediterránea, ya en los siglos XI y XII, y como sabio precursor de nuestros médicos actuales en el tratamiento de afecciones cardíacas, mediante la dieta alimentaria exenta de colesterol”, sostiene Matías Díez Alonso.
Tres culturas
Así todo, la presencia de la tres culturas (judía, árabe y cristiana) y sus enriquecedoras aportaciones a la entonces escueta gastronomía local (uso de los frutos secos, encurtidos, ensaladas, escabeches), la fertilidad de la vega del Cea (cuna de reputados productos) la influencia del Camino de Santiago como ruta de intercambio comercial, espiritual y cultural o la introducción de la cocina francesa a través de los monjes de Cluny (ésta última también ha recibido la misma distinción de la Unesco) harían el resto, haciendo que, en esa época, los moradores de la comarca ya disfrutasen de las excelencias de la Dieta Mediterránea.