Retazos de historia - Villamañán
La ermita de San Pedro y su Patronato (sexta parte y última)
![[Img #53481]](http://leonsurdigital.com/upload/images/05_2020/7647_4536_sanmarcosvillamanan001.jpg)
Don Alberto Diez Miranda falleció en mayo de 1901, sucediéndole como poseedor del Patronato don Ildefonso Ugidos Vega.
En mayo de mil novecientos uno se puso vacante el Patronato por muerte de don Alberto Diez Miranda. Presentó solicitud don Miguel Ugidos Egido en nombre de su hijo don Ildefonso Ugidos Vega y descendiente del fundador. Se le nombró llevador del patronato.
Como el estado del Patronato era precario, por haberse perdido las viñas que tenía por la filoxera, negarse a pagar los censualistas y el llevador del Patronato carecer de medios, para hacer la escritura de transmisión, pagar los derechos del registro de la Propiedad y demás gastos, tuve que adelantarlos a fin de evitar la total pérdida del referido Patronato.
En 1905 se hizo un inventario notarial de todos los bienes pertenecientes al Patronato.
En la última relación de bienes existente de esta fundación, hecha en escritura notarial con fecha veintitrés de enero de mil novecientos cinco por los Patronos de la fundación don Miguel Carreño Montiel, como Párroco de Villamañán, don Indalecio Delgado González, como Ecónomo de Villacé, y el último poseedor de la fundación don Ildefonso Ugidos vega, representado por su padre don Miguel Ugidos Egido, ante el Abogado y Notario de esta Villa don Arsacio de Prado Campillo, consta que en aquella fecha poseía la fundación los siguientes bienes, con la valoración que seguidamente se detalla.
01.- Una casa para el capellán, tasada en 500 pesetas.
02.- Una viña de 7 cuartas, valorada en 200 pesetas.
03.- Una viña de 11 cuartas, valorada en 200 pesetas.
04.- Una viña de 3 cuartas, valorada en 200 pesetas.
05.- Una viña de 3 cuartas, valorada en 200 pesetas.
06.- Una viña de 5 cuartas, valorada en 200 pesetas.
07.- Una viña de una cuarta, valorada en 200 pesetas.
08.- Una viña de 3 cuartas, valorada en 200 pesetas.
09.- Una viña de 4 cuartas, valorada en 200 pesetas.
10.- Una viña de 7 cuartas, valorada en 200 pesetas.
11.- Una viña de 13 cuartas, valorada en 200 pesetas.
12.- Una viña de 4 cuartas, valorada en 200 pesetas.
13.- Una viña de una cuarta, valorada en 200 pesetas.
14.- Una viña de 3 cuartas, valorada en 200 pesetas.
15.- Una viña de 6 cuartas, valorada en 200 pesetas.
16.- Una viña de 3 cuartas, valorada en 200 pesetas.
Más una Ermita para el culto, que carece de número y tasación.
Censos: Dieciséis escrituras censuales por un valor nominal de ocho mil treinta y nueve pesetas, de cuya cantidad percibía el capellán el 5% anual en concepto de interés.
Fincas agregadas a censo: Un prado en el pueblo de Villanueva del Arbol, de dos carros de hierba y otoño, con chopos y chopas, de dos heminas y media de cabida, tasada en 125 pesetas.
Una tierra en el mismo pueblo, de 5 heminas, tasada en 75 pesetas.
Una tierra en el pueblo de Villasinta, de 4 heminas, tasada en 100 pesetas.
Otra tierra en el mismo pueblo, de 6 heminas, tasada en 150 pesetas.
De estos bienes detallados, libres de toda carga y gravamen, se hace cargo el citado don Ildefonso Ugidos Vega, con la obligación de aplicar cuarenta misas cada año y destinar cincuenta pesetas también cada año para el sostenimiento de la Ermita, cera, ornamentos, adorno y limpieza de dicha Ermita.
En 1907 se hundió la Sacristía y el Párroco de Villamañán tuvo que adelantar el dinero para levantarla y ponerla de techo raso.
En 1910 se vendió la casa que el Patronato tenía en Villamañán.
Teniendo este Patronato de Nuestra Señora de la Asunción y San Pedro de Arenales una casa sita en esta Villa de Villamañán, calle de Guadalupe, en estado ruinoso y careciendo dicho Patronato de medios para reedificarla, reunidos los señores Patronos don Pantaleón Miñambres, Párroco de Villacé, don Miguel Carreño, Párroco de Villamañán, y don Miguel Ugidos, representante de su hijo don Ildefonso Ugidos, llevador del Patronato, acordaron vender la referida casa.
Reunidos en el mes de septiembre del año de mil novecientos diez, los señores Patronos y el llevador del Patronato vendieron la casa anteriormente dicha a las señoras doña Consuelo, doña María y doña Encarnación Gavilán, vecinas de Valladolid, en la cantidad de doscientas cincuenta pesetas, cuya cantidad se entregó al Patrono don Miguel Carreño a cuenta de lo adelantado por dicho señor al Patronato.
En 1920 los Patronos declararon vacante el Patronato, ya que don Ildefonso Ugidos había cumplido 25 años y no se había ordenado de Sacerdote, como se estipulaba en la fundación. Además, hicieron constar que la Ermita estaba totalmente abandonada y que don Miguel Ugidos, como representante de su hijo Ildefonso, había vendido fincas del Patronato sin permiso de los Patronos.
En la Villa de Villamañán, a veinte de julio de mil novecientos veinte, reunidos los Patronos del Patronato de Nuestra Señora del Sagrario y San Pedro Apóstol, fundado por don Gaspar Asensio de Córdoba en la Villa de Villamañán, don Tomás Ovejero Abril y don Pantaleón Miñambres Malagón, Párrocos de Villamañán y Villacé, respectivamente, con objeto de tratar de asuntos pertenecientes al Patronato, notaron con gran sorpresa que el llevador de las fincas del Patronato, don Miguel Ugidos, en representación de su hijo don Ildefonso Ugidos, último Capellán nombrado, tenía en gran abandono los asuntos del Patronato, hasta el extremo de haber vendido fincas del Patronato sin autorización de los Patronos, de no tener satisfechas las contribuciones y de tener abandonada la Ermita, estando con la puerta abierta y siendo objeto de repetidas profanaciones.
En virtud de esto y enterados los Patronos de que el Capellán don Ildefonso Ugidos llevaba ilegalmente dicha Capellanía por haber cumplido veinticinco años de edad sin ordenarse de Presbítero, según se exige en la fundación, procedieron a declarar vacante dicha Capellanía, cuya vacante se publicó en el Boletín Oficial del Obispado en un edicto fechado el veintiuno de mayo de mil novecientos veinte, citando a todos los que se creyeran con derecho a dicha Capellanía a solicitarla de los referidos Patronos en el término de treinta días.
Trascurrido este término sin que nadie solicitase dicha Capellanía, procedieron a tomar posesión de las fincas que estaban abandonadas y encontrando dificultades para posesionarse de las que don Miguel Ugidos ilegalmente había vendido porque los compradores alegaban la buena fe y habían hecho mejoras en las fincas, con el fin de evitar litigios y allegar algún recurso para restaurar la Ermita, que amenazaba ruina, acordaron vender a los poseedores las fincas que ilegalmente les había vendido don Miguel Ugidos.
Las fincas que se vendieron fueron tres: una en Corrales a Benito González Aparicio, otra en la Boca de San Claudio a Gregorio Alvarez Malagón y la otra también en la Boca de San Claudio a don Mariano Santander.
Además de las 57,50 pesetas que se sacaron por la venta de las tres fincas, también se sacaron 7,50 pesetas por la renta de las fincas que llevaba Máximo Ugidos y 15 pesetas por la renta de las fincas que llevaba Ladislao García.
Aunque las 80 pesetas recaudadas no alcanzaron para todo, los Patronos gastaron 124,30 pesetas en arreglar la cerradura de la puerta, poner el retablo, pintar el friso y limpiar la Ermita.
En 1951, don Isidoro Pérez fue nombrado Párroco de Villamañán y una de las primeras cosas que hizo fue preocuparse por el estado en que se encontraba el Patronato y su Ermita.
El día 5 de julio de 1951 tomé posesión de esta Parroquia de “El Salvador” de Villamañán, para la que fui nombrado en concurso por el Exmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis Dr. Don Luís Almarcha Hernández.
Enterado del lamentable estado en que se encontraba este Patronato y lo mismo la Ermita de su título, puse la mayor diligencia y el mayor interés en que la ermita fuese reparada y en salvar lo poco que quedaba de esta fundación, que tan importante fue en tiempos pasados.
En relación con la Ermita, don Isidoro consiguió que se encargase el Ayuntamiento de su reparación, a la que aportó 1.000 pesetas donadas por el Abogado de Villamañán don Luís García Martínez-Vallejo.
En cuanto a la primera, expuse al Exmo. Ayuntamiento de la Villa la conveniencia y aun necesidad de reparar urgentemente dicha Ermita, si no queríamos verla arruinada para siempre.
Y como no existía fondo alguno para llevar a efecto las obras precisas, logré que el Ayuntamiento las realizase a sus expensas, entregándoles yo la cantidad de mil pesetas que para tal fin había recibido del Abogado y vecino de esta Villa don Luís García Martínez-Vallejo, persona piadosa y amante de esta Ermita. Conste aquí nuestro agradecimiento más cálido a dicho señor y al Exmo. Ayuntamiento.
Consistieron las obras realizadas en retejo general y reposición de maderas podridas, reparación del arco toral casi en ruinas y socalce del edificio en la parte del Presbiterio por el exterior.
Importaron las obras unas cinco mil pesetas que pagó el Ayuntamiento, excepto las mil pesetas que dono el citado don Luís García Martínez-Vallejo.
De los bienes del Patronato inventariados notarialmente en 1905, solo quedaban la Ermita y dos fincas rústicas que trabajaban dos vecinos de Villamañán, una de 6 cuartas en el paraje conocido como “Viñas del Agua”, junto a la raya de San Millán, y otra de 11 cuartas en Carroastorga.
La finca de 6 cuartas, que trabajaba Marcos Casas Valdesaz, fue arrendada al mismo actualizando la renta, mientras que de la otra finca, que trabajaba don Pedro Rodríguez Sastre, se hizo cargo don Isidoro y fue plantada de viña.
Por lo que se refiere a los bienes del Patronato, solo quedaban de él, por estas fechas, dicha Ermita ruinosa y dos fincas rústicas, las señaladas con los números 3 y 15 en el inventario notarial del año 1905. Todo lo demás había desaparecido por completo.
Para evitar que también estas desapareciesen, me puse al habla con los llevadores de las mismas y conseguí de ellos que las dejaran a mi disposición, a pesar de llevarlas ya casi treinta años sin pagar casi renta y sin documentos justificativos. Es muy de alabar su comportamiento, ya que según las leyes pudieron acarrearnos no pocos gastos y disgustos.
De todas estas gestiones di cuenta detallada al Rvdo. Sr. Arcipreste-Párroco de Villacé don Pantaleón Miñambres Malagón, que es Patrono conmigo de esta fundación, quien lo vio todo con buenos ojos y me alentó en mis propósitos.
De perfecto acuerdo pues los dos Patronos, nos pareció conveniente proceder a hacer arriendo por escrito de la finca número 15 a favor del mismo que la llevaba, que es don Marcos Casas Valdesaz, vecino de esta Villa, pero pasando la renta de la misma de treinta pesetas que pagaba a cuarenta y dos kilos de legumbre, es decir, veintiocho kilos de alubias pintas y catorce de garbanzos. Así se hizo, firmando los tres la escritura. Hace seis cuartas de cabida.
Sobre la otra finca, la número 3, propuse al citado co-Patrono, don Pantaleón Miñambres, la conveniencia de plantarla de viñas por cuenta de los dos, ya que está en terreno muy a propósito para ello, pero don Pantaleón me contesto que ya tenía bastantes viñas y que no le interesaba, que lo hiciese yo si quería por mi cuenta, para lo cual él me cedía sus derechos y animándome a que lo hiciese.
Puestas así las cosas, me decidí a plantar la viña por mi cuenta y en espera de algún día beneficiar a esta Parroquia, la finca número 3, que llevaba en renta don Pedro Rodríguez sastre, vecino de esta Villa. Pongo aquí su nombre para que quede constancia, pues bien lo merece por su buen comportamiento.
La finca en cuestión está sita en Villamañán, en el término “Camino de Carreastorga”, hace once cuartas, con mil doscientas dieciocho plantas de viña actualmente.
La viña fue plantada en el año 1952 y el primer año que se vendimió fue en 1956, con una producción de 240 kilos de uva, que se vendieron a 1,25 pesetas el kilo.
En 1957 la viña produjo 1.406 kilos de uva, que se vendieron a 1,80 pesetas el kilo.
En 1958, don Isidoro solicita del Obispado una reducción de las misas que tenía que decir y que eran 40 al año desde el año 1860, basando su petición en que los bienes del Patronato se reducían a las dos fincas y que el producto de estas era de unas 1.200 pesetas anuales.
El Obispado decreta que de las 1.200 pesetas, el administrador percibiría el 10%, se pagaría la contribución de las fincas y se destinarían 150 pesetas anuales al mantenimiento de la Ermita. El resto del dinero se destinaría a amortizar el dinero invertido en la mejora de las fincas, descontando el importe de dos misas rezadas al año aplicadas por las intenciones del fundador.
Una vez amortizado todo lo invertido, el dinero se destinaría a decir tantas misas como alcanzase. En 1960 ya se dijeron un total de 23 misas rezadas por las intenciones del fundador. En los años siguientes se decían 33 misas.
Cuando falleció don Isidoro en el año 1972, el patronato tenía a su favor 2.100 pesetas.
En 1973, estando encargado de la Parroquia don Genaro Ruano y Ruano, se gastaron 1.000 pesetas en unos pequeños arreglos de la Ermita.
En 1975, siendo ya Párroco don Isaías Astorga Rodríguez, se hizo una restauración completa de la Ermita que importó 45.524 pesetas. El dinero procedió de las 52.149 pesetas que se recibieron de donativos y de las 1.400 pesetas de los fondos del Patronato.
En el verano de 1985 se realizó un retejo general de la Ermita.
Entre los años 1997 y 1999 se hizo una restauración integral de la Ermita consistente en reconstruir el artesonado de la cabecera, levantar de nuevo la pared del cuerpo de la Ermita que mira para Villacé y que se desmorono al comenzar las obras, adecentar las paredes tanto interior como exteriormente, poner el piso y colocar una puerta de hierro en la entrada.
En esta restauración se gastaron unos 10 millones de pesetas, de los cuales la Diputación Provincial aportó 2.200.000 pesetas y el Ayuntamiento 2.154.397 pesetas.
Don Alberto Diez Miranda falleció en mayo de 1901, sucediéndole como poseedor del Patronato don Ildefonso Ugidos Vega.
En mayo de mil novecientos uno se puso vacante el Patronato por muerte de don Alberto Diez Miranda. Presentó solicitud don Miguel Ugidos Egido en nombre de su hijo don Ildefonso Ugidos Vega y descendiente del fundador. Se le nombró llevador del patronato.
Como el estado del Patronato era precario, por haberse perdido las viñas que tenía por la filoxera, negarse a pagar los censualistas y el llevador del Patronato carecer de medios, para hacer la escritura de transmisión, pagar los derechos del registro de la Propiedad y demás gastos, tuve que adelantarlos a fin de evitar la total pérdida del referido Patronato.
En 1905 se hizo un inventario notarial de todos los bienes pertenecientes al Patronato.
En la última relación de bienes existente de esta fundación, hecha en escritura notarial con fecha veintitrés de enero de mil novecientos cinco por los Patronos de la fundación don Miguel Carreño Montiel, como Párroco de Villamañán, don Indalecio Delgado González, como Ecónomo de Villacé, y el último poseedor de la fundación don Ildefonso Ugidos vega, representado por su padre don Miguel Ugidos Egido, ante el Abogado y Notario de esta Villa don Arsacio de Prado Campillo, consta que en aquella fecha poseía la fundación los siguientes bienes, con la valoración que seguidamente se detalla.
01.- Una casa para el capellán, tasada en 500 pesetas.
02.- Una viña de 7 cuartas, valorada en 200 pesetas.
03.- Una viña de 11 cuartas, valorada en 200 pesetas.
04.- Una viña de 3 cuartas, valorada en 200 pesetas.
05.- Una viña de 3 cuartas, valorada en 200 pesetas.
06.- Una viña de 5 cuartas, valorada en 200 pesetas.
07.- Una viña de una cuarta, valorada en 200 pesetas.
08.- Una viña de 3 cuartas, valorada en 200 pesetas.
09.- Una viña de 4 cuartas, valorada en 200 pesetas.
10.- Una viña de 7 cuartas, valorada en 200 pesetas.
11.- Una viña de 13 cuartas, valorada en 200 pesetas.
12.- Una viña de 4 cuartas, valorada en 200 pesetas.
13.- Una viña de una cuarta, valorada en 200 pesetas.
14.- Una viña de 3 cuartas, valorada en 200 pesetas.
15.- Una viña de 6 cuartas, valorada en 200 pesetas.
16.- Una viña de 3 cuartas, valorada en 200 pesetas.
Más una Ermita para el culto, que carece de número y tasación.
Censos: Dieciséis escrituras censuales por un valor nominal de ocho mil treinta y nueve pesetas, de cuya cantidad percibía el capellán el 5% anual en concepto de interés.
Fincas agregadas a censo: Un prado en el pueblo de Villanueva del Arbol, de dos carros de hierba y otoño, con chopos y chopas, de dos heminas y media de cabida, tasada en 125 pesetas.
Una tierra en el mismo pueblo, de 5 heminas, tasada en 75 pesetas.
Una tierra en el pueblo de Villasinta, de 4 heminas, tasada en 100 pesetas.
Otra tierra en el mismo pueblo, de 6 heminas, tasada en 150 pesetas.
De estos bienes detallados, libres de toda carga y gravamen, se hace cargo el citado don Ildefonso Ugidos Vega, con la obligación de aplicar cuarenta misas cada año y destinar cincuenta pesetas también cada año para el sostenimiento de la Ermita, cera, ornamentos, adorno y limpieza de dicha Ermita.
En 1907 se hundió la Sacristía y el Párroco de Villamañán tuvo que adelantar el dinero para levantarla y ponerla de techo raso.
En 1910 se vendió la casa que el Patronato tenía en Villamañán.
Teniendo este Patronato de Nuestra Señora de la Asunción y San Pedro de Arenales una casa sita en esta Villa de Villamañán, calle de Guadalupe, en estado ruinoso y careciendo dicho Patronato de medios para reedificarla, reunidos los señores Patronos don Pantaleón Miñambres, Párroco de Villacé, don Miguel Carreño, Párroco de Villamañán, y don Miguel Ugidos, representante de su hijo don Ildefonso Ugidos, llevador del Patronato, acordaron vender la referida casa.
Reunidos en el mes de septiembre del año de mil novecientos diez, los señores Patronos y el llevador del Patronato vendieron la casa anteriormente dicha a las señoras doña Consuelo, doña María y doña Encarnación Gavilán, vecinas de Valladolid, en la cantidad de doscientas cincuenta pesetas, cuya cantidad se entregó al Patrono don Miguel Carreño a cuenta de lo adelantado por dicho señor al Patronato.
En 1920 los Patronos declararon vacante el Patronato, ya que don Ildefonso Ugidos había cumplido 25 años y no se había ordenado de Sacerdote, como se estipulaba en la fundación. Además, hicieron constar que la Ermita estaba totalmente abandonada y que don Miguel Ugidos, como representante de su hijo Ildefonso, había vendido fincas del Patronato sin permiso de los Patronos.
En la Villa de Villamañán, a veinte de julio de mil novecientos veinte, reunidos los Patronos del Patronato de Nuestra Señora del Sagrario y San Pedro Apóstol, fundado por don Gaspar Asensio de Córdoba en la Villa de Villamañán, don Tomás Ovejero Abril y don Pantaleón Miñambres Malagón, Párrocos de Villamañán y Villacé, respectivamente, con objeto de tratar de asuntos pertenecientes al Patronato, notaron con gran sorpresa que el llevador de las fincas del Patronato, don Miguel Ugidos, en representación de su hijo don Ildefonso Ugidos, último Capellán nombrado, tenía en gran abandono los asuntos del Patronato, hasta el extremo de haber vendido fincas del Patronato sin autorización de los Patronos, de no tener satisfechas las contribuciones y de tener abandonada la Ermita, estando con la puerta abierta y siendo objeto de repetidas profanaciones.
En virtud de esto y enterados los Patronos de que el Capellán don Ildefonso Ugidos llevaba ilegalmente dicha Capellanía por haber cumplido veinticinco años de edad sin ordenarse de Presbítero, según se exige en la fundación, procedieron a declarar vacante dicha Capellanía, cuya vacante se publicó en el Boletín Oficial del Obispado en un edicto fechado el veintiuno de mayo de mil novecientos veinte, citando a todos los que se creyeran con derecho a dicha Capellanía a solicitarla de los referidos Patronos en el término de treinta días.
Trascurrido este término sin que nadie solicitase dicha Capellanía, procedieron a tomar posesión de las fincas que estaban abandonadas y encontrando dificultades para posesionarse de las que don Miguel Ugidos ilegalmente había vendido porque los compradores alegaban la buena fe y habían hecho mejoras en las fincas, con el fin de evitar litigios y allegar algún recurso para restaurar la Ermita, que amenazaba ruina, acordaron vender a los poseedores las fincas que ilegalmente les había vendido don Miguel Ugidos.
Las fincas que se vendieron fueron tres: una en Corrales a Benito González Aparicio, otra en la Boca de San Claudio a Gregorio Alvarez Malagón y la otra también en la Boca de San Claudio a don Mariano Santander.
Además de las 57,50 pesetas que se sacaron por la venta de las tres fincas, también se sacaron 7,50 pesetas por la renta de las fincas que llevaba Máximo Ugidos y 15 pesetas por la renta de las fincas que llevaba Ladislao García.
Aunque las 80 pesetas recaudadas no alcanzaron para todo, los Patronos gastaron 124,30 pesetas en arreglar la cerradura de la puerta, poner el retablo, pintar el friso y limpiar la Ermita.
En 1951, don Isidoro Pérez fue nombrado Párroco de Villamañán y una de las primeras cosas que hizo fue preocuparse por el estado en que se encontraba el Patronato y su Ermita.
El día 5 de julio de 1951 tomé posesión de esta Parroquia de “El Salvador” de Villamañán, para la que fui nombrado en concurso por el Exmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de la Diócesis Dr. Don Luís Almarcha Hernández.
Enterado del lamentable estado en que se encontraba este Patronato y lo mismo la Ermita de su título, puse la mayor diligencia y el mayor interés en que la ermita fuese reparada y en salvar lo poco que quedaba de esta fundación, que tan importante fue en tiempos pasados.
En relación con la Ermita, don Isidoro consiguió que se encargase el Ayuntamiento de su reparación, a la que aportó 1.000 pesetas donadas por el Abogado de Villamañán don Luís García Martínez-Vallejo.
En cuanto a la primera, expuse al Exmo. Ayuntamiento de la Villa la conveniencia y aun necesidad de reparar urgentemente dicha Ermita, si no queríamos verla arruinada para siempre.
Y como no existía fondo alguno para llevar a efecto las obras precisas, logré que el Ayuntamiento las realizase a sus expensas, entregándoles yo la cantidad de mil pesetas que para tal fin había recibido del Abogado y vecino de esta Villa don Luís García Martínez-Vallejo, persona piadosa y amante de esta Ermita. Conste aquí nuestro agradecimiento más cálido a dicho señor y al Exmo. Ayuntamiento.
Consistieron las obras realizadas en retejo general y reposición de maderas podridas, reparación del arco toral casi en ruinas y socalce del edificio en la parte del Presbiterio por el exterior.
Importaron las obras unas cinco mil pesetas que pagó el Ayuntamiento, excepto las mil pesetas que dono el citado don Luís García Martínez-Vallejo.
De los bienes del Patronato inventariados notarialmente en 1905, solo quedaban la Ermita y dos fincas rústicas que trabajaban dos vecinos de Villamañán, una de 6 cuartas en el paraje conocido como “Viñas del Agua”, junto a la raya de San Millán, y otra de 11 cuartas en Carroastorga.
La finca de 6 cuartas, que trabajaba Marcos Casas Valdesaz, fue arrendada al mismo actualizando la renta, mientras que de la otra finca, que trabajaba don Pedro Rodríguez Sastre, se hizo cargo don Isidoro y fue plantada de viña.
Por lo que se refiere a los bienes del Patronato, solo quedaban de él, por estas fechas, dicha Ermita ruinosa y dos fincas rústicas, las señaladas con los números 3 y 15 en el inventario notarial del año 1905. Todo lo demás había desaparecido por completo.
Para evitar que también estas desapareciesen, me puse al habla con los llevadores de las mismas y conseguí de ellos que las dejaran a mi disposición, a pesar de llevarlas ya casi treinta años sin pagar casi renta y sin documentos justificativos. Es muy de alabar su comportamiento, ya que según las leyes pudieron acarrearnos no pocos gastos y disgustos.
De todas estas gestiones di cuenta detallada al Rvdo. Sr. Arcipreste-Párroco de Villacé don Pantaleón Miñambres Malagón, que es Patrono conmigo de esta fundación, quien lo vio todo con buenos ojos y me alentó en mis propósitos.
De perfecto acuerdo pues los dos Patronos, nos pareció conveniente proceder a hacer arriendo por escrito de la finca número 15 a favor del mismo que la llevaba, que es don Marcos Casas Valdesaz, vecino de esta Villa, pero pasando la renta de la misma de treinta pesetas que pagaba a cuarenta y dos kilos de legumbre, es decir, veintiocho kilos de alubias pintas y catorce de garbanzos. Así se hizo, firmando los tres la escritura. Hace seis cuartas de cabida.
Sobre la otra finca, la número 3, propuse al citado co-Patrono, don Pantaleón Miñambres, la conveniencia de plantarla de viñas por cuenta de los dos, ya que está en terreno muy a propósito para ello, pero don Pantaleón me contesto que ya tenía bastantes viñas y que no le interesaba, que lo hiciese yo si quería por mi cuenta, para lo cual él me cedía sus derechos y animándome a que lo hiciese.
Puestas así las cosas, me decidí a plantar la viña por mi cuenta y en espera de algún día beneficiar a esta Parroquia, la finca número 3, que llevaba en renta don Pedro Rodríguez sastre, vecino de esta Villa. Pongo aquí su nombre para que quede constancia, pues bien lo merece por su buen comportamiento.
La finca en cuestión está sita en Villamañán, en el término “Camino de Carreastorga”, hace once cuartas, con mil doscientas dieciocho plantas de viña actualmente.
La viña fue plantada en el año 1952 y el primer año que se vendimió fue en 1956, con una producción de 240 kilos de uva, que se vendieron a 1,25 pesetas el kilo.
En 1957 la viña produjo 1.406 kilos de uva, que se vendieron a 1,80 pesetas el kilo.
En 1958, don Isidoro solicita del Obispado una reducción de las misas que tenía que decir y que eran 40 al año desde el año 1860, basando su petición en que los bienes del Patronato se reducían a las dos fincas y que el producto de estas era de unas 1.200 pesetas anuales.
El Obispado decreta que de las 1.200 pesetas, el administrador percibiría el 10%, se pagaría la contribución de las fincas y se destinarían 150 pesetas anuales al mantenimiento de la Ermita. El resto del dinero se destinaría a amortizar el dinero invertido en la mejora de las fincas, descontando el importe de dos misas rezadas al año aplicadas por las intenciones del fundador.
Una vez amortizado todo lo invertido, el dinero se destinaría a decir tantas misas como alcanzase. En 1960 ya se dijeron un total de 23 misas rezadas por las intenciones del fundador. En los años siguientes se decían 33 misas.
Cuando falleció don Isidoro en el año 1972, el patronato tenía a su favor 2.100 pesetas.
En 1973, estando encargado de la Parroquia don Genaro Ruano y Ruano, se gastaron 1.000 pesetas en unos pequeños arreglos de la Ermita.
En 1975, siendo ya Párroco don Isaías Astorga Rodríguez, se hizo una restauración completa de la Ermita que importó 45.524 pesetas. El dinero procedió de las 52.149 pesetas que se recibieron de donativos y de las 1.400 pesetas de los fondos del Patronato.
En el verano de 1985 se realizó un retejo general de la Ermita.
Entre los años 1997 y 1999 se hizo una restauración integral de la Ermita consistente en reconstruir el artesonado de la cabecera, levantar de nuevo la pared del cuerpo de la Ermita que mira para Villacé y que se desmorono al comenzar las obras, adecentar las paredes tanto interior como exteriormente, poner el piso y colocar una puerta de hierro en la entrada.
En esta restauración se gastaron unos 10 millones de pesetas, de los cuales la Diputación Provincial aportó 2.200.000 pesetas y el Ayuntamiento 2.154.397 pesetas.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.39