Villadangos del Páramo
Las batallas no dejan de ser una mierda
![[Img #4450]](upload/img/periodico/img_4450.jpg)
A las once y
media de la mañana tenía previsto la organización empezar a reunir a las
personas caracterizadas de época en la Plaza Mayor del pueblo, para que a las
doce el señor alcalde don Teodoro, diera el comienzo a las fiestas medievales.
Según el reloj (que marca las horas en punto) del ayuntamiento, don Teodoro
empezó tarde, no dejaba de atender las llamadas que entraban en su
celular; la gente se impacientaba, un sol de justicia caía sobre las
huestes del regidor, y pasados nueve minutos del medio día comenzó la alocución
desde el balcón de su palacio feudal saludando a los allí presentes:
"Villadangueses, sr. marqués, alteza real, infante real -desde cuándo se
le saluda antes a un marqués que a un rey o príncipe? pregunta del trovador-un
año más nos reunimos en la plaza de la villa, para conmemorar la Batalla de la
Matanza, ocurrida entre las tropas del Obispo Gelmírez, encarnado en la persona
de Lanín, que puede ir para obispo, porque a sus años ya no quiere
casarse (ironía del regidor) y el rey Alfonso el Batallador (encarnado en la persona
de Dani).
Una desazón nos ocupa (continúo) y no es otra que la sucesión del
marquesado que desde el año pasado recae sobre los hombros del
franciscano padre Cayetano, que como todos sabéis ha llevado su celibato
hasta límites desconocidos (no se le conoce ningún heredero legítimo), por eso
quiero nombrar en nombre del concejo de la villa a don Alejandro, y la dama
Rocío como sucesores del marqués de Villadangos, puesto que los sobrinos no
quieren hacerse cargo del título por causa de las sucesiones patrimoniales, que
traen mucha cola burocrática.
![[Img #4453]](upload/img/periodico/img_4453.jpg)
Continuó el regidor dando las gracias a Alejandro Barrera y a su mano derecha
Saúl González por el tiempo y la dedicación que han tenido con la organización
de los actos a celebrar así como de la redacción de la obra teatral
representativa de dicha batalla.
Alardeó don Teodoro de la consecución de estas fiestas sin dedicar ni un
euro de presupuesto municipal, ya que todo el atrezo y puesta en escena ha
corrido a cargo de la mano de obra de los vecinos de la villa, a los cuales
agradeció tal detalle. NO podemos enumerar a todos porque son muchos, dijo el
alcalde, y nos llevaría toda la jornada nombrar a los participantes.
Mientras tanto las jóvenes y guapas doncellas de la villa, saludaban e
invitaban a los viandantes de la ruta jacobea a contemplar los actos
conmemorativos, así como el baile cuya coreografía ha corrido a cargo de la
también doncella Noelia.
Una vez concluido el pregón, tuvo lugar el enfrentamiento entre las tropas del
rey batallador y las del infante protegido por el obispo Gelmírez,
acabando todos ellos malheridos y yacentes en el suelo atravesados por la
espada y lanza del enemigo. El rey batallador entra en escena dispuesto a acabar
con el príncipe que quiere usurparle su trono, protegido por el obispo.
Como colofón el público asistente pudo comprar sus cosas en los puestos que ofrecían
sus productos a un módico precio.
Todo fue una fiesta que continuará con el segundo acto representado sobre un
escenario, dando lugar a diversas actividades, como la cetrería, la
simulación del paseo en barca de secano, las animaciones musicales, paseo
en burro y muchas más cosas.
![[Img #4461]](upload/img/periodico/img_4461.jpg)
La fiesta es y se previene buena, pero como se ve en la foto, las batallas no
dejan de ser una mierda.
Texto y fotos: Jesúsgg
![[Img #4450]](upload/img/periodico/img_4450.jpg)
A las once y media de la mañana tenía previsto la organización empezar a reunir a las personas caracterizadas de época en la Plaza Mayor del pueblo, para que a las doce el señor alcalde don Teodoro, diera el comienzo a las fiestas medievales.
Según el reloj (que marca las horas en punto) del ayuntamiento, don Teodoro
empezó tarde, no dejaba de atender las llamadas que entraban en su
celular; la gente se impacientaba, un sol de justicia caía sobre las
huestes del regidor, y pasados nueve minutos del medio día comenzó la alocución
desde el balcón de su palacio feudal saludando a los allí presentes:
"Villadangueses, sr. marqués, alteza real, infante real -desde cuándo se le saluda antes a un marqués que a un rey o príncipe? pregunta del trovador-un año más nos reunimos en la plaza de la villa, para conmemorar la Batalla de la Matanza, ocurrida entre las tropas del Obispo Gelmírez, encarnado en la persona de Lanín, que puede ir para obispo, porque a sus años ya no quiere casarse (ironía del regidor) y el rey Alfonso el Batallador (encarnado en la persona de Dani).
Una desazón nos ocupa (continúo) y no es otra que la sucesión del marquesado que desde el año pasado recae sobre los hombros del franciscano padre Cayetano, que como todos sabéis ha llevado su celibato hasta límites desconocidos (no se le conoce ningún heredero legítimo), por eso quiero nombrar en nombre del concejo de la villa a don Alejandro, y la dama Rocío como sucesores del marqués de Villadangos, puesto que los sobrinos no quieren hacerse cargo del título por causa de las sucesiones patrimoniales, que traen mucha cola burocrática.
![[Img #4453]](upload/img/periodico/img_4453.jpg)
Continuó el regidor dando las gracias a Alejandro Barrera y a su mano derecha Saúl González por el tiempo y la dedicación que han tenido con la organización de los actos a celebrar así como de la redacción de la obra teatral representativa de dicha batalla.
Alardeó don Teodoro de la consecución de estas fiestas sin dedicar ni un euro de presupuesto municipal, ya que todo el atrezo y puesta en escena ha corrido a cargo de la mano de obra de los vecinos de la villa, a los cuales agradeció tal detalle. NO podemos enumerar a todos porque son muchos, dijo el alcalde, y nos llevaría toda la jornada nombrar a los participantes.
Mientras tanto las jóvenes y guapas doncellas de la villa, saludaban e
invitaban a los viandantes de la ruta jacobea a contemplar los actos
conmemorativos, así como el baile cuya coreografía ha corrido a cargo de la
también doncella Noelia.
Una vez concluido el pregón, tuvo lugar el enfrentamiento entre las tropas del rey batallador y las del infante protegido por el obispo Gelmírez, acabando todos ellos malheridos y yacentes en el suelo atravesados por la espada y lanza del enemigo. El rey batallador entra en escena dispuesto a acabar con el príncipe que quiere usurparle su trono, protegido por el obispo.
Como colofón el público asistente pudo comprar sus cosas en los puestos que ofrecían sus productos a un módico precio.
Todo fue una fiesta que continuará con el segundo acto representado sobre un escenario, dando lugar a diversas actividades, como la cetrería, la simulación del paseo en barca de secano, las animaciones musicales, paseo en burro y muchas más cosas.
![[Img #4461]](upload/img/periodico/img_4461.jpg)
La fiesta es y se previene buena, pero como se ve en la foto, las batallas no
dejan de ser una mierda.
Texto y fotos: Jesúsgg














































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