El Reloj recupera su voz

Han sido años,concretamente una década sin oírle,y seria muy injusto después de haber reclamado al de las horas ni sé las veces, que no manifestará mi satisfaccion por la llegada del "afonico".

Hoy (9 de diciembre de 2019) le he escuchado por primera vez como he dicho, tras una década y sí..pues claro que me ha gustado y me ha llenado de satisfacción, aunque bien es verdad que, a ver qué voy hacer yo ahora con mi particular reloj y que tantos años le costó al ingeniero contratado la mejora del citado artilugio.

Me alegro de que esas cuerdas vocales estén de nuevo reparadas, de escuchar ese sonido que nos acompañará en nuestra villa a partir de ahora, de tener identidad propia y de poder por fin, después de diez años, tomar las uvas de una en una como todo el mundo y no de un "viaje" el día de Nochevieja, ya que cantar las campanadas, golpear las manecillas y calcular los segundos entre una y otra, no me permitia esa toma de uvas como era preceptivo.

Eso sí.. con el arreglo del reloj, perderé ese buen sueldo que recibia dedicado en cuerpo y alma a intentar mantener una de esas viejas tradiciones que tres o cuatro familias hemos seguido, reuniéndonos año tras año.

Celebro la llegada del reloj a mi pueblo y es mi deseo que nunca más vuelva a perder esa voz que nos indicará a todos sus habitantes el paso del tiempo.

Por cierto,lo del sueldo... no se lo vayan a creer que es una broma.

Además, la llegada del reloj se ha conseguido con el propósito de muchos y el dinero de todos, hecho éste que nos debe hacer sentir más orgullosos aún de tenerle de nuevo entre nosotros.

Y por último... las cosas bien hechas... bien parecen... las haga quien las haga y dejémonos de tanta tonteria siempre aludiendo a los colores.

Doy la bienvenida al reloj y es mi deseo que con el vengan tambien otros arreglos, que El Molino, la Piscina y El Parque son muy envidiosos y, a buen seguro, que se acabarán quejando si no se les presta la misma atención. Pero de ese tema ya habrá tiempo y, nunca mejor dicho, ahora que el de las horas, nos lo recordará cada día.

¡Enhorabuena por la llegada del reloj pródigo a nuestra villa!

Alberto García Martín