La tradición se cumplió

El intercambio de Vírgenes se cumplió un año más en Otero, tal como manda la tradición. Los valderenses celebraron ayer la primera de las romerías, Santa Cruz, que tiene como objeto que La Pastorcica -guardiana de los campos en la ermita- pase unos días en la villa valderense. Para vigilar los campos, los valderenses llevan a la Virgen del Rosario. Ambas imágenes serán devueltas a sus respectivos lugares en otra romería, la del Pan y Queso, que tendrá lugar el lunes después de Pentecostés (este año recae en el día 20 de mayo).


Las carrozas -una con la Cruz y otra con la Virgen del Rosario- emprendieron camino a la ermita puntualmente. Este año vacías, ya que la normativa impide que los niños que participan en la romería ataviados con los trajes típicos vayan en las carrozas. Lo que no hizo que la fiesta perdiera colorido y vistosidad, en una celebración donde los niños son los grandes protagonistas.

No obstante, este año las circunstancias políticas de Valderas dieron a la fiesta un tono político incluso en la celebración de la misa en la ermita, donde también hubo palabras para la nueva corporación. Sin que aún la se haya oficializado la nueva corporación, la actual teniente alcalde Silvia Blanco encabezó ayer la procesión y los actos bastón en mando -prueba clara de la autoridad que ejerce-. Junto a Silvia Blanco parte de su futuro equipo de gobierno, una vez que se terminen todos los trámites.

Música, fiesta y ricas viandas fueron las características de una de las jornadas más queridas por los valderenses que acuden a la campa de Otero a festejar la fiesta con una divertida jornada campestre.

La próxima cita romera en la localidad el día 20 de mayo con la fiesta del Pan y Queso.