Fiestas
Antoñanes festejó la amistad y el verano
Cualquier excusa es buena para reunirse en compañía de amigos y familiares y en Antoñanes lo saben muy bien. Por eso, este año la Junta Vecinal ha impulsado la segunda edición de la Fiesta de la Amistad. El evento tuvo lugar el sábado y fue un rotundo éxito en el que se reunieron medio millar de personas para disfrutar de una inolvidable jornada.
![[Img #32201]](upload/img/periodico/img_32201.jpg)
Además, aprovechando la ocasión tuvo lugar la presentación del Santo Cristo del Cementerio tras su restauración llevada a cabo por el restaurador Alejandro Grande. Una eucaristía sirvió para la presentación de la talla y su correspondiente bendición en un oficio religioso en el que la iglesia se quedó pequeña. Tras la eucaristía tuvo una procesión en la que la talla fue llevada a hombros, con sumo cariño, por los vecinos de la localidad.
![[Img #32202]](upload/img/periodico/img_32202.jpg)
A continuación, la jornada tornó en su aspecto más lúdico. Una multitudinaria paellada sirvió para reunir a 500 personas alrededor del plato en una comida en la que sobraron las risas y el buen ambiente. Después los juegos infantiles y la música de discomóvil llenaron la tarde de diversión.
![[Img #32206]](upload/img/periodico/img_32206.jpg)
Con la llegada de la noche la música continuó de la mano del Dúo Astra. Vecinos, amigos y visitantes alargaron la jornada hasta la madrugada acompañados de la música de la discomóvil tras reponer fuerzas con las tradicionales sopas de ajo -realizadas en el fuego de la hoguera- y una queimada.
Cualquier excusa es buena para reunirse en compañía de amigos y familiares y en Antoñanes lo saben muy bien. Por eso, este año la Junta Vecinal ha impulsado la segunda edición de la Fiesta de la Amistad. El evento tuvo lugar el sábado y fue un rotundo éxito en el que se reunieron medio millar de personas para disfrutar de una inolvidable jornada.
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Además, aprovechando la ocasión tuvo lugar la presentación del Santo Cristo del Cementerio tras su restauración llevada a cabo por el restaurador Alejandro Grande. Una eucaristía sirvió para la presentación de la talla y su correspondiente bendición en un oficio religioso en el que la iglesia se quedó pequeña. Tras la eucaristía tuvo una procesión en la que la talla fue llevada a hombros, con sumo cariño, por los vecinos de la localidad.
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A continuación, la jornada tornó en su aspecto más lúdico. Una multitudinaria paellada sirvió para reunir a 500 personas alrededor del plato en una comida en la que sobraron las risas y el buen ambiente. Después los juegos infantiles y la música de discomóvil llenaron la tarde de diversión.
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Con la llegada de la noche la música continuó de la mano del Dúo Astra. Vecinos, amigos y visitantes alargaron la jornada hasta la madrugada acompañados de la música de la discomóvil tras reponer fuerzas con las tradicionales sopas de ajo -realizadas en el fuego de la hoguera- y una queimada.










































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