Las laderas florecen con la primavera

Valderas es una villa llena de tesoros y buena gastronomía. Pero no son los únicos valores de estos terruños que encuentran en sus paisajes gran parte de ser de esta tierra históricamente fronteriza. En un cerro entre el secano terracampino y la vega del Cea que se abre a las tierras de León se alza esta villa milenaria que puede presumir de disfrutar de joyas paisajísticas en sus casi 11.000 hectáreas: riberas con encanto, montes cargados de fauna y vegetación, campos con mis colores y unas laderas llenas de secretos y leyendas. Y son estas cuestas las que más brillan estos días con la floración que tiñe de blanco y rosa el inconfundible 'skyline' valderense.

El casco urbano de Valderas se asienta en un cerro junto al río Cea. Estas laderas albergan cientos de leyendas de túneles que comunicaban con las bodegas y cuevas excavadas bajo el casco de la villa. En la actualidad no quedan vestigios de esas supuestas salidas o cuevas que sirvieron de escape para los habitantes en los diversos asedios que sufrió la villa en su pasado. Allí encontramos estos días hermosas vistas entre almendros en flor que nos permiten disfrutar del espectáculo de la floración.

A pesar de estar tan cerca del casco urbano, justo a los pies de la antigua fortaleza valderense, este enclave es un gran desconocido. Desde lo alto del cerro apenas se aprecia la belleza de la zona, su acceso no está adecuado, la maleza y algún que otro residuo invaden el camino natural. Muy cerca también ‘duerme’ entre matorrales una antigua fuente casi olvidada. No obstante… la primavera no se detiene y explosiona en todo su esplendor en las laderas valderenses.