Jueves, 17 de Julio de 2014
sociedad

Discurso presidente de la Diputación en la entrega de la Medalla de Oro a Isabel Carrasco

Querida Loreto, familiares y amigos de Isabel Carrasco, excelentísimas e ilustrísimas autoridades…

Hoy, honramos la memoria de la que fuera nuestra presidenta en los últimos siete años, Isabel Carrasco. Y lo hacemos con la entrega, a título póstumo, de la Medalla de Oro de la Provincia, la más alta distinción que recoge el Reglamento de Honores de la Diputación de León.

Una jornada cargada de sentimiento, de corazón, al recordar a una incansable trabajadora al servicio de los ciudadanos; pero, sobre todo, al recordar a una amiga, a una compañera de la actividad política. Un merecido homenaje, compartido por la unanimidad de la Corporación Provincial reunida hoy en este Salón de Plenos, que  nunca hubiéramos querido realizar por tan tristes circunstancias.


Isabel, como ya tuve ocasión de decir con motivo de mi investidura como presidente, era el alma de esta institución, el coraje y la fuerza de la Diputación en estos últimos años. Una forma de entender la provincia, de entender León, que permanecerá para siempre entre los muros de este Palacio. 

Un ejemplo de entrega y dedicación, la expresión de una forma particular de hacer política. Una gestora precisa,  meticulosa, justa y, sobre todo, comprometida con todos y cada uno de los municipios de nuestra querida provincia.

Y con su muerte, Isabel nos dejó un vacío inmenso, inexplicable, incomprensible tras un acto atroz, cruel y lamentable, que esperamos que nunca se vuelva a repetir. E insisto en mi deseo, que jamás nadie tenga que pasar por lo que ha pasado su familia, sus compañeros en la actividad política y todas aquellas personas que la queríamos. 

Isabel, natural de Santibáñez del Bernesga, desempeñó a lo largo de su carrera profesional distintas ocupaciones al servicio de los leoneses. Inspectora de Hacienda, experta en el mundo del derecho y las finanzas, fue en su carrera política, además de presidenta del Partido Popular durante diez años, delegada de la Junta en León, consejera de Economía en el Gobierno de la Comunidad Autónoma, senadora por las Cortes de Castilla y León y, desde el año 2007, presidenta de la Diputación de León.

Isabel Carrasco, desde la constancia y dedicación, destacó por su capacidad de gestión y compromiso con los  municipios de León. Como presidenta de la Diputación, pero también con anterioridad desde sus distintas responsabilidades, trabajó con el objetivo de conseguir que los ciudadanos de los pequeños ayuntamientos de la provincia ganaran en calidad de vida.

Un permanente compromiso con León que llevó a Isabel Carrasco a defender desde la Institución Provincial, a través de la Federación Española de Municipios y Provincias o desde la Fundación Democracia y Gobierno Local, la importancia de la Diputación como la administración más cercana y mejor valorada por los leoneses. En los últimos años empeñó sus esfuerzos en conseguir el reconocimiento administrativo, institucional y público a la labor que realizan las diputaciones en asistencia, cooperación y desarrollo de las entidades locales menores.

Entendía, y entendemos, que es el momento de  fortalecer el municipalismo, de devolver a las entidades locales, a los pueblos, una pequeña parte de lo mucho que han dado durante décadas al conjunto de España, como columna vertebral de la Democracia.

Y desde el control del gasto y la eficacia financiera, Isabel Carrasco defendió la necesidad de revitalizar las instituciones provinciales dentro de la actual reestructuración general de la Administración Pública. Una labor, la de convertir la Institución leonesa en una administración saneada y cumplidora, además de ágil y eficaz en beneficio del ciudadano, que posibilitó la declaración de nuestra Diputación como la Administración Local más Transparente de España.

Desde la Presidencia de la Diputación Provincial de León, y dentro de la estrategia por el desarrollo del mundo rural, Isabel Carrasco se implicó en mantener, a pesar de la crisis, los planes de obras en los pueblos de la provincia. Una apuesta por generar riqueza y empleo con la finalidad última de luchar contra la despoblación. 


Pero también miraba al exterior. Y entendía Europa como un espacio donde encontrar los recursos económicos con los que paliar la falta de aportaciones locales, tal y como quedó demostrado en su etapa como Consejera de Economía, tiempo en el que se presentaron proyectos y se obtuvieron fondos para la mejora urbana de nuestras ciudades o se pusieron en marcha polígonos industriales que hoy son referencia en la provincia, como el de Villadangos o el del Bayo en Cubillos del Sil.

Y junto a la necesidad de crear las infraestructuras imprescindibles para crear economía y empleo, y con ello contribuir al mantenimiento de la población en el área rural, Isabel Carrasco mostró su especial sensibilidad con los más necesitados.


Además de reorganizar los servicios sociales, con la meta de llegar y atender mejor a todos los leoneses, se implicó en la modernización de Cosamai en Astorga o Nuestra Señora del Valle en La Bañeza con el ánimo de facilitar el bienestar a sus usuarios.

Una sensibilidad especial con los discapacitados que con el paso de los años al frente de esta Institución se tradujo en una relación de cariño y amistad con los propios internos de nuestros centros. Personas que percibieron la sentida atención de Isabel, que no faltaba a cada una de las citas que tenía con los residentes dependientes de la Diputación.

Incansable, como decía, también se preocupó por descentralizar la cultura, promoviendo actividades en los pueblos de León, sin olvidar la necesidad de colaborar en el mantenimiento del patrimonio histórico-artístico o de la arquitectura tradicional de la provincia, eje sobre el que gira la identidad de una buena parte de los pueblos de León.

Una muestra más de su defensa de las singularidades de León, de aquellas que defienden a los leoneses.

Como lo fue el apoyo a la promoción del turismo, desde la unión de esfuerzos entre administraciones que Isabel Carrasco promovió con la constitución del Consorcio Provincial. Una labor que se tradujo en el liderazgo de León como destino de turismo de interior o cultural. Una promoción de las bondades de León que ligó a la de los productos agroalimentarios como una parte fundamental de la economía de la provincia.

Porque Isabel creía en el valor añadido de los productos autóctonos como el mejor de los caminos para ayudar, no sólo a la industria agroalimentaria local, sino también al sector primario, a los agricultores y ganaderos de León. Creía en los recursos que ofrecen los campos, riberas y montañas de la provincia, como parte imprescindible para el crecimiento económico y social de nuestra querida tierra.

Isabel Carrasco, desde la Presidencia de la Diputación, creyó en la política como servicio al ciudadano, a los presidentes de las Juntas Vecinales, concejales y alcaldes, como el compromiso diario con el desarrollo y progreso de la sociedad leonesa sobre la base de la igualdad y la justicia.


Y, por ello, el Pleno de la Corporación aprobó, de acuerdo con el Reglamento de Honores y Distinciones de la Diputación, la concesión de la Medalla de Oro de la Provincia de León, a Título Póstumo, a la Excelentísima Señora Doña Isabel Carrasco Lorenzo, teniendo en cuenta su estimable contribución al desarrollo económico y social de la Provincia de León.

Muchas gracias.

Marcos Martínez
Presidente de la Diputación de León

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