El pan de cada día en tiempos de coronavirus

Que no falte el pan en tu mesa ni la sonrisa cada mañana. Un dicho que en esta situación de emergencia cobra aún más fuerza. Día a día, panaderos rurales hacen posible que en las mesas de los hogares haya pan. Un esfuerzo extra que están desarrollando panaderos que llevan este alimento hasta la puerta de los hogares. Algo que, en algunas zonas, hacen cada día de forma habitual, pero que ahora se ha extendido para evitar así el "movimiento" de la gente. "Los panaderos salimos para que tú te quedes en casa" afirma Dany, una panadera de Valderas que acompaña su reparto diario con risas y bromas. Dany es una de las coopropietarias de Panadería Estébanez de Valderas, que desde que comenzó el confinamiento, ha duplicado los repartos a domicilio.

La jornada estos días arranca para Dany a las ocho de la mañana. Antes la panadería ya lleva horas en funcionamiento. De sus hornos han salido centenares de barras, hogazas y panes... Parte de la familia ya ha hecho ese trabajo desde primerísima hora de la mañana (mucho antes de que salga el sol). Ahora toca repartir,  algo que en estos días se está convirtiendo en esencial.

Son muchos los pueblos y despachos a los que surten esta panadería familiar. Cargan las furgonetas para que cada uno vaya a su ruta. Todas las furgonetas y vehículos son desinfectados a diario desde que arrancó esta crisis y además de panes y barras van provistos de un "kit de desinfección". Alcohol en un cubo y desinfectante son compañeros inseparables durante toda la jornada.

A las nueve menos cuarto Dany arranca la furgoneta. Ella reparte en el propio Valderas en un recorrido que se ha duplicado en los últimos días. Cada vez son más los que piden recibir el pan en casa. Una bolsa colgando en la puerta, asomarse a la ventana o a la puerta al oír el claxon... así es la vida para comprar el pan estos días.

Calle arriba... calle abajo... Dany se recorre Valderas. El momento de llegar a la residencia la encanta, "salen todos los abuelos a saludar a la galería acristalada y saludan contentos, es algo superbonito" comenta emocionada. Explica que muchos "abuelos" preguntan a través de los cristales por familiares y vecinos,"están deseosos de información y saber de cómo va todo".

"Repartiendo siempre hay gente dispuesta a hablar, aunque ahora las charlas son más breves... aunque hay personas que necesitan hablar" afirma. "Muchas personas se desahogan contandote las penas o sus miedos... casi casi hago de psicólogo" bromea siendo consciente de la seriedad del asunto. "Una señora mayorina me dijo hace unos días que tenía miedo, me dio mucha pena" recuerda con tristeza. "La verdad es que se compra más pan, por mucho que insistimos que no vamos a dejar de amasar y de que todo irá bien, hay muchas personas que compran más 'por si acaso'" indica.

"Lo que está claro es que el coronavirus está sacando lo mejor de las personas" asegura. "Ves mucho agradecimiento, la gente me da ánimo, me regala una sonrisa y me dice qué me cuide" relata. "A una de mis compañeras, Leticia, una mujer desde Madrid la escribió un texto muy bonito en Facebook agradeciéndola que llevara cada día el pan a su madre en Castilfalé", cuenta.

Panadera, un poco de psicóloga y repartidora de risas. Quienes no conozcan a Dany no lo entenderán, pero quienes la conocemos sabemos la energía que irradia, la alegría que derrocha y su buen humor eterno. Entre risas y bromas baja de la furgoneta.... ha pegado unos cuantos pitidos para anunciar su llegada, pero va corriendo de timbre en timbre para ‘picar’ a las vecinas. Enseña sus guantes, "son de silicona" explica y bromea "si quieres me pongo las gafas de seguridad, hoy me puse las del sol que hoy molestaba". "Reparto el pan cada día y, además, quiero sacar una sonrisa a todo el mundo en estos tiempos tan difíciles" confiesa. Recibe a los clientes que se acercan con un 'buenos días' cantarín y saluda a las vecinas que se asoma a la ventana "Luisa, ¡te lo dejo en la puerta!... nos vemos mañana!"

Este martes a Dany le "tocaba" un cumpleaños... pero esa es ya otra historia.