Los valderenses cumplieron con la tradición del "intercambio" de vírgenes

Mayo en Valderas es tiempo de romerías. La villa del Cea no se va una vez de romería, lo hace dos veces. Todo con el objetivo de "intercambiar" las Vírgenes de la Pastorcica y del Rosario. Una fiesta que cuenta con el título de Interés Turístico Provincial y se remonta a varios siglos.

La Pastorcica, patrona de los pastores, mora de forma habitual en su ermita de Otero, un paraje ubicado a algo más de tres kilómetros de la localidad. Cada 3 de mayo, fiesta de la Cruz, el pueblo celebra fiesta y va de romería para "traer" a la Pastorcica a Valderas en una especie de "vacaciones". Para que la ermita y los campos no queden desprotegidos los valderenses trasladan otra virgen, la del Rosario, para que durante la ausencia de la Pastorcica se encargue de su cuidado.

Antigüamente la comitiva procesional era abierta por la hermosa Cruz de los Espejos, que en la actualidad se guarda en el Museo de la localidad, tras la cual los romeros portaban la Vírgen entre cánticos y salves en un animado recorrido en el que participaba todo el pueblo. Hoy en día, dos carromatos conforman la comitiva. En uno una cruz hecha de maderos y en el otro la imagen del Rosario que viaja hasta el Otero. Los trajes tradicionales, la música tradicional de dulzaina y tamboril completan esta tradicional estampa que sobrevive siglo tras siglo.

Ya en la ermita se celebra la eucaristía y tiene la bendición de los campos. A continuación la parte lúdica de la celebración que se prolonga hasta el anochecer. Ayer el viento y el mal tiempo provocó que la campa estuviera menos concurrida de lo habitual. El regreso al anochecer, los romeros llevan entonces a la Pastorcica a Valderas donde permanecerá hasta el lunes siguiente a Pentecostés. Los valderenses devolverán a las vírgenes a su morada habitual con otra romería: la del Pan y Queso. Este año será el 21 de mayo.