Santa María del Páramo - presentación literaria
Julio Ramos, del Páramo a la guerrilla cordobesa
![[Img #64620]](http://leonsurdigital.com/upload/images/09_2022/870_imagen-39.jpg)
Mañana sábado, 3 de septiembre, tendrá lugar la presentación de la Primera Parte: El Golpe, de mi libro Cuando se rompió el mundo. El asalto a la República en la provincia de León, una investigación realizada por José Cabañas González en la que se ha "centrado más de ocho años". Una detallada narración de lo sucedido en julio de 1936 y después en El Páramo ocupa en la obra un extenso capítulo de esta obra. La presentación será a las 19:00 horas.
En la defensa del orden público en Santa María del Páramo y en los pueblos aledaños frente al golpe militar de julio de 1936 participaban, entre otros muchos, los jóvenes hermanos Julio, Graciano, y Valeriano Ramos Morán.
Sobre Julio Ramos Morán (“Toguica”), natural de San Román de la Vega, de 21 años en 1936, herrero (o mecánico), que sirve en la 3ª compañía del 2º Batallón de Cazadores del Serrallo nº 8 de Córdoba, informará en la Causa 440/37 que se incoa contra tantos leales parameses a mediados de julio de 1937 el guardia civil teniente Gregorio Morcillo Rodríguez que observó buena conducta, pero existen sospechas de que se produjo él mismo, para inutilizarse, una herida en la mano por la que estuvo dos días hospitalizado.Desertaría a la caída de la tarde del 6 de septiembre de 1937, sabiendo ya seguramente de las detenciones de tantos de sus paisanos.Preso al finalizar la guerra, de él nada más supo su familia desde entonces.
Hoy, y desde hace bien poco (mediados de 2017), se sabe que ya había intentado “pasarse a las filas rojas con otros dos convecinos (uno de ellos posiblemente su hermano Valeriano Ramos) al inicio del Movimiento Nacional en el frente de La Robla, no pudiendo hacerlo por hallarse enfermo, siendo capturado cerca de León y encerrado en San Marcos, de donde fue puesto en libertad al poco tiempo”.
![[Img #64619]](http://leonsurdigital.com/upload/images/09_2022/5321_josecabanasgonzalez.jpg)
Movilizado en enero de 1937 y destinado a aquel Batallón de Cazadores (con base en Ceuta entonces), “se pasaba al enemigo en el frente cordobés de Peñarroya-Pueblonuevo, en la posición Intermedia del sector de Cámaras Altas” en el que era soldado de segunda en el batallón D de dicho regimiento encuadrado en la 22ª División, sirviendo después –tras estar un mes encarcelado en Pozoblanco– como chófer en el republicano Tercer Regimiento de Transportes de Extremadura, y al hundirse aquella zona marxista en 1939, viniendo para su pueblo en un camión desde Albacete (“pues les dijeron que se fuera cada cual para su casa”) lo hicieron prisionero en el alicantino Campo de Concentración de Albatera y lo liberaban al cabo de unos seis días, encaminándose desde allí a Santa María del Páramo, donde es detenido junto con su hermano Graciano Ramos (informan entonces el alcalde y el jefe de Falange –Santiago Mayo– que Julio Ramos “pertenecía al partido socialista y a la Casa del Pueblo, y se significaba bastante cuando surgían huelgas”), y los dos conducidos “por la Guardia Civil, haciendo el viaje en coche de línea y a cuenta del Estado”, al leonés Cuartel del Cid el 24 de abril, en cuyo calabozo se encuentran recluidos al acabar el mes.
A las deserciones de uno y otro hermano (Julio y Graciano) se cursaba oficio a la alcaldía para retirar a sus familiares del censo de beneficiarios del Subsidio pro Combatientes (de cuya Comisión local era jefe en 1939 Severiano Lucio de Paz), a la Comandancia leonesa de la Guardia Civil para su captura, y a ambas para que informen sobre su conducta en el pasado, y al presentarse ahora en la villa (por más que alegue Julio “haber estado prisionero del enemigo”) el alcalde los denunciaba como desertores ante el gobernador militar, quien ordena a la Benemérita que los detenga y los ponga a su disposición. En la misma unidad de la que deserta Julio se hallaba Leonardo Grande Mezquita, falangista de 23 años, soltero, de oficio carrero y natural de San Pedro de las Dueñas, que declara que “lo tenía por individuo de ideas marxistas”.
En la Prisión Provincial de León continúan recluidos los dos hermanos en enero de 1940, y desde ella es el día 29 conducido Julio Ramos Morán, a disposición del Auditor de Guerra de Córdoba, por la Guardia Civil hasta Palencia con destino a la Prisión de Partido de Peñarroya-Pueblonuevo, en la que ingresa el 10 de marzo procedente de Córdoba y en la que a primeros de junio sigue preso. De aquel recinto se fugaba más tarde –en la madrugada del 2 al 3 de enero de 1941, “entre dos garitas y por un orificio practicado en las paredes del retrete con un punzón y una palanqueta”– junto a otros siete, la mayoría cenetistas (uno el apodado “Chato de los Alacranes” por su familia paterna), y con ellos se echa al monte, resistiendo más como fugitivos que como guerrilleros en la sierra norte sevillana y las zonas adyacentes de Córdoba, Huelva y Badajoz poco más de un mes, hasta el 13 de febrero, fecha en que a las tres de la mañana es Julio Ramos abatido al asaltar guardias civiles en la cordobesa Sierra Alta uno de sus campamentos. Sus restos, además de los de dos compañeros muertos en enfrentamiento con la Benemérita el día antes y otros dos que lo serían cinco días más tarde, terminaron en la fosa común extramuros del cementerio de San Antonio de Hornachuelos, en cuyo término se asentaba el campamento de aquella guerrilla. ). Los restos de los guerrilleros y los de los demás echados a la fosa (cerca de treinta) acabarían en el osario, después de que, ampliado el cementerio, se recogieran para construir nichos mortuorios sobre ella.
Terminaba Graciano (ebanista, soltero, nacido en marzo de 1913, afiliado a la UGT) condenado en consejo de guerra a pena de muerte, conmutada a 15 años de encierro, del que después de más de tres años salía enfermo de tuberculosis. Todo lo que hasta la fecha sus familiares saben de Valeriano (nacido en abril de 1909, mecánico, soltero) es que, habiendo enfermado, al parecer, falleció en 1937 o 1938, tras ser movilizado por los rebeldes en los Talleres Electrotécnicos de León.
Este libro se ha publicado el 8 de julio por Ediciones del Lobo Sapiens con la colaboración de la Diputación Provincial y su Instituto Leonés de Cultura, y los Ayuntamientos de Santa María del Páramo, La Bañeza, Astorga, Santa Elena de Jamuz, y San Andrés del Rabanedo. El Instituto Leonés de Cultura ha valorado como “un libro de singular importancia para el conocimiento de la historia reciente de nuestra provincia”, y que con sus 828 páginas, referencias de casi 3.000 personas y más de 500 lugares provinciales, un centenar largo de imágenes de época, y sus 1.200 notas a pie de página, es mucho más que el relato más completo, actual y detallado del golpe militar de julio de 1936 en los pueblos, villas y ciudades de la provincia de León.
http://www.jiminiegos36.com/
Mañana sábado, 3 de septiembre, tendrá lugar la presentación de la Primera Parte: El Golpe, de mi libro Cuando se rompió el mundo. El asalto a la República en la provincia de León, una investigación realizada por José Cabañas González en la que se ha "centrado más de ocho años". Una detallada narración de lo sucedido en julio de 1936 y después en El Páramo ocupa en la obra un extenso capítulo de esta obra. La presentación será a las 19:00 horas.
En la defensa del orden público en Santa María del Páramo y en los pueblos aledaños frente al golpe militar de julio de 1936 participaban, entre otros muchos, los jóvenes hermanos Julio, Graciano, y Valeriano Ramos Morán.
Sobre Julio Ramos Morán (“Toguica”), natural de San Román de la Vega, de 21 años en 1936, herrero (o mecánico), que sirve en la 3ª compañía del 2º Batallón de Cazadores del Serrallo nº 8 de Córdoba, informará en la Causa 440/37 que se incoa contra tantos leales parameses a mediados de julio de 1937 el guardia civil teniente Gregorio Morcillo Rodríguez que observó buena conducta, pero existen sospechas de que se produjo él mismo, para inutilizarse, una herida en la mano por la que estuvo dos días hospitalizado.Desertaría a la caída de la tarde del 6 de septiembre de 1937, sabiendo ya seguramente de las detenciones de tantos de sus paisanos.Preso al finalizar la guerra, de él nada más supo su familia desde entonces.
Hoy, y desde hace bien poco (mediados de 2017), se sabe que ya había intentado “pasarse a las filas rojas con otros dos convecinos (uno de ellos posiblemente su hermano Valeriano Ramos) al inicio del Movimiento Nacional en el frente de La Robla, no pudiendo hacerlo por hallarse enfermo, siendo capturado cerca de León y encerrado en San Marcos, de donde fue puesto en libertad al poco tiempo”.
Movilizado en enero de 1937 y destinado a aquel Batallón de Cazadores (con base en Ceuta entonces), “se pasaba al enemigo en el frente cordobés de Peñarroya-Pueblonuevo, en la posición Intermedia del sector de Cámaras Altas” en el que era soldado de segunda en el batallón D de dicho regimiento encuadrado en la 22ª División, sirviendo después –tras estar un mes encarcelado en Pozoblanco– como chófer en el republicano Tercer Regimiento de Transportes de Extremadura, y al hundirse aquella zona marxista en 1939, viniendo para su pueblo en un camión desde Albacete (“pues les dijeron que se fuera cada cual para su casa”) lo hicieron prisionero en el alicantino Campo de Concentración de Albatera y lo liberaban al cabo de unos seis días, encaminándose desde allí a Santa María del Páramo, donde es detenido junto con su hermano Graciano Ramos (informan entonces el alcalde y el jefe de Falange –Santiago Mayo– que Julio Ramos “pertenecía al partido socialista y a la Casa del Pueblo, y se significaba bastante cuando surgían huelgas”), y los dos conducidos “por la Guardia Civil, haciendo el viaje en coche de línea y a cuenta del Estado”, al leonés Cuartel del Cid el 24 de abril, en cuyo calabozo se encuentran recluidos al acabar el mes.
A las deserciones de uno y otro hermano (Julio y Graciano) se cursaba oficio a la alcaldía para retirar a sus familiares del censo de beneficiarios del Subsidio pro Combatientes (de cuya Comisión local era jefe en 1939 Severiano Lucio de Paz), a la Comandancia leonesa de la Guardia Civil para su captura, y a ambas para que informen sobre su conducta en el pasado, y al presentarse ahora en la villa (por más que alegue Julio “haber estado prisionero del enemigo”) el alcalde los denunciaba como desertores ante el gobernador militar, quien ordena a la Benemérita que los detenga y los ponga a su disposición. En la misma unidad de la que deserta Julio se hallaba Leonardo Grande Mezquita, falangista de 23 años, soltero, de oficio carrero y natural de San Pedro de las Dueñas, que declara que “lo tenía por individuo de ideas marxistas”.
En la Prisión Provincial de León continúan recluidos los dos hermanos en enero de 1940, y desde ella es el día 29 conducido Julio Ramos Morán, a disposición del Auditor de Guerra de Córdoba, por la Guardia Civil hasta Palencia con destino a la Prisión de Partido de Peñarroya-Pueblonuevo, en la que ingresa el 10 de marzo procedente de Córdoba y en la que a primeros de junio sigue preso. De aquel recinto se fugaba más tarde –en la madrugada del 2 al 3 de enero de 1941, “entre dos garitas y por un orificio practicado en las paredes del retrete con un punzón y una palanqueta”– junto a otros siete, la mayoría cenetistas (uno el apodado “Chato de los Alacranes” por su familia paterna), y con ellos se echa al monte, resistiendo más como fugitivos que como guerrilleros en la sierra norte sevillana y las zonas adyacentes de Córdoba, Huelva y Badajoz poco más de un mes, hasta el 13 de febrero, fecha en que a las tres de la mañana es Julio Ramos abatido al asaltar guardias civiles en la cordobesa Sierra Alta uno de sus campamentos. Sus restos, además de los de dos compañeros muertos en enfrentamiento con la Benemérita el día antes y otros dos que lo serían cinco días más tarde, terminaron en la fosa común extramuros del cementerio de San Antonio de Hornachuelos, en cuyo término se asentaba el campamento de aquella guerrilla. ). Los restos de los guerrilleros y los de los demás echados a la fosa (cerca de treinta) acabarían en el osario, después de que, ampliado el cementerio, se recogieran para construir nichos mortuorios sobre ella.
Terminaba Graciano (ebanista, soltero, nacido en marzo de 1913, afiliado a la UGT) condenado en consejo de guerra a pena de muerte, conmutada a 15 años de encierro, del que después de más de tres años salía enfermo de tuberculosis. Todo lo que hasta la fecha sus familiares saben de Valeriano (nacido en abril de 1909, mecánico, soltero) es que, habiendo enfermado, al parecer, falleció en 1937 o 1938, tras ser movilizado por los rebeldes en los Talleres Electrotécnicos de León.
Este libro se ha publicado el 8 de julio por Ediciones del Lobo Sapiens con la colaboración de la Diputación Provincial y su Instituto Leonés de Cultura, y los Ayuntamientos de Santa María del Páramo, La Bañeza, Astorga, Santa Elena de Jamuz, y San Andrés del Rabanedo. El Instituto Leonés de Cultura ha valorado como “un libro de singular importancia para el conocimiento de la historia reciente de nuestra provincia”, y que con sus 828 páginas, referencias de casi 3.000 personas y más de 500 lugares provinciales, un centenar largo de imágenes de época, y sus 1.200 notas a pie de página, es mucho más que el relato más completo, actual y detallado del golpe militar de julio de 1936 en los pueblos, villas y ciudades de la provincia de León.
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